Los telescopios normalmente son de gran envergadura y miden varios metros por encima de la superficie terrestre. De hecho, algunos como el Hubble se evían al espacio exterior para detectar con mayor cercanía los fenómenos estelares. Sin embargo ¿se te ocurriría pensar en un telescopio bajo tierra?
Seguro que no para observar estrellas, pero sí para estudiar los fenómenos que ocurren en el centro de la Tierra, y a eso mismo apuntan investigadores de la Universidad de Wisconsin, en un proyecto financiado por la National Science Foundation que involucra la construcción del IceCube Telescope: un telescopio a una milla por debajo del suelo d la Antártida.
Su misión es detectar la actividad de los neutrinos en el centro de la Tierra. Los neutrinos son partículas subatómicas cargadas que se emiten cuando los neurones se transforman en protones durante las reacciones nucleares. Estas partículas encierran la clave del entendimiento del origen de los procesos físicos de las partículas energéticas de la naturaleza.
Tradicionalmente la gran dificultad de la física para estudiar los neutrinos ha sido la falta de tecnología apropiada para ello. El observatorio IceCube, sin embargo, cuenta con tecnología de punta, y la inversión de US$271 millones de dólares está completada en un 95%, y se espera que para el año que viene ya esté terminada.
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