Revista Creaciones

Un tesoro para los sentidos

Por Inventandobaldosasamarillas

Un tesoro para los sentidos
Tesoros puede haber en cualquier rincón. De hecho, lo más sorprendente es encontrar esos tesoros en lugares por los que ya hemos pasado. Muchas veces por rutina, cansancio o simplemente porque no andamos lo suficientemente observadores, perdemos la oportunidad de encontrarnos algo bello. Otras en cambio, un color, una textura, un objeto, un olor o una luz... algo muy pequeño, nos llena la retina y nos hace sentir que nos gusta. Puede ser un transformador eléctrico antiguo situado en una pared, donde la pintura empezó a levantarse hace décadas o el brillo del sol en una llave, dando a entender que esconde algo especial.

Un tesoro para los sentidos

El sol reflejado en una llave de un escritorio de madera antiguo.

Todos tenemos cinco sentidos para relacionarnos con nuestro entorno. Nuestra forma de entender lo que nos rodea dependerá de esa percepción que hagamos de los continuos estímulos que recibimos. En general, las personas tienen un sentido que predomina sobre los otros y según sea ese sentido afectará a nuestra forma de aprendizaje, a cómo memorizamos y cómo nos comunicamos. Según el modelo de aprendizaje VAK (visual-auditivo-kinestésico) propuesto por el matrimonio Dunn en 1978 las personas pueden diferenciarse en tres grupos:
  •  Visuales: Aquellos que usan la vista como principal sentido para relacionarse con el mundo hace que entiendan lo que les rodea tal y como lo ven. Aprenden por la vista, a través de imágenes, fotos, esquemas, el uso de colores para diferenciar categorías... Para comunicarse recurren frecuentemente a verbos relacionados con este sentido como son "ver", "imaginar", "proyectar"... Y su movimiento corporal es fijo. 

Para los visuales: una fotografía desembocada en el primer plano. Se trata de parte del soporte metálico de una mesa de madera. Los visuales apreciarán los diferentes tonos del metal, los contrastes de la luz y las machas de pintura color ocre sobre la superficie.

Un tesoro para los sentidos

Soporte de metal de una mesa de madera.


Los visuales apreciarán las marcas del paso del tiempo sobre la madera de la mesa, la tela de araña iluminada por el sol y los tonos ocres del fondo.

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Mesa de madera con una garrafa de plástico encima y una tela de araña al lado.

Los visuales verán enseguida el contraste entre el marco de la madera que todavía permanece pintado de blanco y la parte donde ya no queda pintura. Verán el clavo y las hebras al lado.

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Marco de madera de una puerta desgastado.

Un visual encontrará la mosca sobre la cadena enseguida. Será lo primero que vea.

Un tesoro para los sentidos

Mosca sobre cadena oxidada.

  • Auditivos: Aprenden escuchando y hablando. Por eso tienden a mantener conversaciones tanto con el exterior como con ellos mismos. Los verbos a los que recurren habitualmente son: "oír", "escuchar", "hablar", "decir", "contar"... Su movimiento corporal tiende a ser elegante, son aficionados a la música, aunque suelen ser sedentarios. 

Para los auditivos lo llamativo sería comprobar cómo suenan las cadenas al chocar unas contra otras. Su color o su textura sería secundario. Las sombras detrás sobre la pared o dónde está enfocado pasa a un segundo plano.

Un tesoro para los sentidos

Cadenas desgastadas por el paso del tiempo.


 Tal vez un auditivo quiera echar la mano para moverlas y será así como las recuerde. Con el sonido que hacen al golpear la madera y al balancearse en el aire.

Un tesoro para los sentidos

Cadenas oxidadas.

Ni los colores generados por el desgaste del tiempo, ni lo que hay al fondo, un auditivo pensará en cómo suena esta campana.

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Campana de cobre desgastada.

Un auditivo nunca se acordará de esta foto, pero no olvidaría el crepitar del mimbre si se quema en una hoguera.

    Un tesoro para los sentidos

    Aperos de labranza.

  • Kinestésico: Son aquellas personas que aprenden haciendo. Necesitan el contacto físico y gesticulan mucho para expresarse. Son personas muy sensitivas, que utilizan de forma recurrente verbos como: "sentir", "percibir", "apreciar"...

A un kinestésico posiblemente un escalofrío le recorra el cuerpo cuando sepa que los ganchos que sujetan del techo se usaban para la matanza del cerdo.

Un tesoro para los sentidos

Ganchos para la matanza.

Y sin duda alguna, un kinestésico se imaginará cómo es una matanza de un cerdo cuando vea los ganchos que se usaban.

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Herramientas para la matanza del cerdo.

Un kinestésico no verá sólo una escalera de madera desgastada y unos sacos de grano, posiblemente se imagine a sí mismo subiendo y mirando dentro.

Un tesoro para los sentidos

Escalera de madera para subir al sobrao.


Un kinestésico se preguntará qué hay dentro de la botella. Puede que esconda un mensaje secreto.

Un tesoro para los sentidos

Garrafa de agua antigua.

Y tú, ¿qué eres? ¿visual, auditivo o kinestésico? ¿De los que se quedan mirando el efecto de la luz sobre la pared, de los que la golpearían con los nudillos en busca de un sonido o de los que se preguntan por qué el adobe tiene forma en diagonal?

Un tesoro para los sentidos

Pared de adobe en forma diagonal.

Percibas como percibas lo que te rodea, la Venta Pinillos es un verdadero tesoro. Un lugar por el que tal vez has pasado si vives o has visitado Segovia, pero que hay que tomarse un tiempo para disfrutar. Llena de colores, texturas y formas para los visuales. De sonidos por descubrir para los auditivos y de historias para aprender e imaginar para los kinestésicos. Y lo mejor de todo, lo dejo para el final: su comida. La Venta Pinillos tiene un menú muy sencillo, pero impresionante: huevos, cinta de lomo, chorizo, pan y ensalada. Todo hecho en una cocina antigua en un negocio heredado de padres a hijas. La anterior generación de propietarios sólo cerraba los miércoles por la mañana para hacer sus propios chorizos (con el permiso de los kinestésicos, más fotos de las herramientas que usaban para la matanza).

Un tesoro para los sentidos

Cadenas de metal antiguas.

 A quien le guste lo antiguo, a quien le guste apreciar las marcas que el paso del tiempo va dejando sobre la madera, el yeso, el metal y el cristal, este lugar es una parada obligada. Y a quien le guste comer bien, pero no le interese lo demás, pues también es un lugar para apuntar en la agenda. Eso sí, cuando no estés a dieta.

Un tesoro para los sentidos

Instrumentos para la matanza del cerdo.

Un tesoro para los sentidos

Cadenas llenas de óxido.

Con este post he tenido algunas dudas. La principal es el tamaño de las imágenes. Estoy haciendo cambios en el blog y estoy tratando de poner las fotos que no pesen tanto para que así cargue más deprisa. Pero en este caso, lo siento mucho, he optado por unas fotos que pesen un poco más, aunque vaya más lento. Así que gracias por la paciencia de antemano.
Estas fotos participan en el Plan Macro de Nika Vintage, que acaba de volver de vacaciones. Se merece una visita.
Ay, que se me olvidaba: estamos de SORTEO!!! Toda la info: AQUÍ.
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