En aquella mañana de principios del otoño, las urracas Pega y Pica estaban entretenidas picoteando en la gran buffet de plantas que cubrían aquella huerta lindante con el molino de agua abandonado. Entonces oyeron el chirrido de los frenos y el golpe posterior contra el muro de piedra.
Inquietas y curiosas volaron urgentes hasta el lugar del suceso y se posaron en un árbol cercano. Un accidente humano más, nada importante. El conductor ya había salido del enorme vehículo, visiblemente atontado y había una jaula rota en el asfalto. Al verla, el camionero se quedó mudo y perplejo y gritó algo así como:
- ¡Se ha escapado el tigre!
Pega y Pica no sabían que era un tigre, pero obviamente percibieron la alarma del conductor y decidieron investigar porque el tipo estaba tan asustado.
Fue un vuelo corto. Un enorme y extraño animal todo pintarrajeado, caminaba sigiloso entre los matojos unos cientos de metros más adelante.
- Es un gato muy grande, Pica, y tiene unos colmillos que dan miedo.
- No corremos peligro, los gatos no tiene alas. Podríamos abordarlo y preguntarle hacia donde se dirige. Se le ve muy decidido.
- Oye, gato grande ¿a dónde te diriges?
- No soy un gato grrr...ande, soy un tigre y busco algo para comerrrr.-replicó enfurecido
- Lo que te decía, busca algo para comer y va derecho a nuestro bosque. Deberemos convocar a la asamblea de animales para ver como nos defendemos de ese gato...
- Tigre.
- Exacto, ese gato tigre desalmado.
La asamblea estaba animada mucho antes de que comenzase. La algarabía de los diferentes animales era semejante a las de los instrumentistas de orquesta poco antes del comienzo de un concierto. En esta reunión, el concertino fue el urogallo, un tipo raro, decadente y presumido, con una extraña voz.Al momento, todos ocuparon sus posiciones en el claro del bosque esperando al director. Unas matas se movieron. Se oyó un gruñido. Y allí apareció un enorme jabalí.Dio dos vueltas contando a los animales presentes y empezó a declamar:
- Faltan algunos, pero podemos empezar. Voy a ocupar la presidencia de esta reunión ante la ausencia de los depredadores VIP.
- ¿Quién te crees que eres? -soltó la ardilla tras lanzarle una avellana desde un árbol cercano- ¿Acaso tú, suido, eres más poderoso que el oso o que el lobo?
- Lamentablemente el oso no frecuenta este bosque y el lobo no es de fiar, tiene una orden de alejamiento que le impide estar cerca de herbívoros, roedores, mustélidos etc...
- Qué, qué, qué -soltó el turón desde su conocida pobreza léxica..
- Compañeros y compañeras habrá que...- intentó contestar el jabalí, pero una pelota espinosa se acercó rodando.
- Coño -gritó el jabalí asustado -Me has pinchado, erizo.
- Y más te he de pinchar si sigues atribuyéndote funciones que no te corresponden.- gritó la ex-bola recuperando su forma acostumbrada.
- Patanes terrícolas y vosotros, plumíferos aliados. Sois unos gilipollas. Si ese tigre llega aquí, abrirá una carnicería con vuestras carnes groseras. Lo conozco, y os aseguro que no tenéis nada que hacer si caéis entre sus dientes asesinos -el que discurseaba era un majestuoso halcón peregrino que se columpiaba sobre el grupo haciendo algún picado mientras soltaba su perorata.
- Más fuerte, más fuerte-animó al grupo con mucha sorna, el astuto zorro. Como sabéis todos los zorros son astutos y tienen sorna- y cuando os canséis de montar esta zapatiesta, os diré algo importante
- ¿No os resulta chocante que las urracas siendo autoras del aviso, no hayan asistido a esta reunión? ¿Y si todo es una broma? ¿Y si todo es una farsa? ¿Y si todo es una mentira para intentar demostrar de forma torpe y ordinaria que son más listas que el resto o que yo mismo, el astuto zorro?
- Oscar para el zorro por tan magnífica actuación - las urracas, recién llegadas, aterrizaron en una rama alta y movieron la larga cola con gesto de emoticón irónico- Bravo.
- ¿Dónde estabais, pajarracos? - el zorro apenas pudo disimular el gesto de decepción bajo su mirada hostil.
- ¿No te gustan nuestros elogios? Estábamos convenciendo al tigre, con buenas razones, de que volviera con los humanos ya que allí tendría comida y cama gratis, sin tener que se esforzarse, mientras que nosotros somos gente vanidosa, traicionera y cruel. Un desastre, vaya. ¿Verdad que fue así, Pega?
- Sí, Pica, fue así. Le dijimos que los humanos son peores que nosotros, pero que tratan muy bien a los animales a los que doman o a los que les tienen miedo. Luego oyó el tumulto de la asamblea.
- ¿Y qué pasó? -curioseó el zorro.
- Salió corriendo hacia la jaula abandonada, mientras decía una palabrota. ¿Dijo "qué os follen, Pega?
- Eso es lo que dijo, Pica.