Revista Belleza
Cuando me hice este look con un labial bastante oscuro, aún quedaban (más) días de verano de los que restan hoy. Es raro recurrir a burdeos o borgoñas fuera del otoño invierno, pero ya sabéis que soy partidaria de que si algo apetece, hay que usarlo.
Además, lo combiné con un vestido de Mango que tiene este tipo de tonos y que hoy rescato de mi armario para repasar con vosotras este look. Vamos al lío!
1. El outfit.
Ya que os he comentado del vestido, vamos a empezar hoy con él. Se trata de un traje de Mango que tiene ya unos añitos pero que me gusta mucho por varios detalles:
El toque del escote asimétrico y su estampado en tonos rojo cereza/teja le da un aire divertido y, por otra parte, el toque recto de su corte resulta muy favorecedor para mi forma de cuerpo. Como viene con un cinturón blanco ancho, me gusta combinarlo con sandalias blancas también y bisutería sencilla.
Además esa noche me recogí el pelo con una trenza tipo "cola de pez" que no suelo hacer habitualmente, pero que me gusta mucho. Ahora vamos a ver el maquillaje, en el que destacan labios y rubor a juego con los tonos rojo oscuro del vestido.
2. El maquillaje. Justo ayer os revisé mi paleta de sombras mate de Catrice y os conté que estaba muy contenta con ella. El look de ojos que vemos hoy está elaborado con sombras de esta paleta, sólo que con un producto previo les he dado en esta ocasión un acabado perlado, más brillante. El producto del que os hablo es el Paint Pot de MAC Bare Study: un tono beige perlado que dota de brillo a las sombras que se trabajan a continuación. Y precisamente las sombras, como os digo, son los tonos mate (blanco, marrón suave y marrón chocolate) de la paleta de Catrice. A ellas simplemente añadí un delineado en negro a ras de pestañas superiores y un toque del tono marrón oscuro de los lápices Luminelle de Yves Rocher a ras de las inferiores. También usé el famoso lápiz beige de Sephora en la waterline para abrir la mirada.
En el rostro llevo un rubor que conjunta muy bien con el toque de los labios: se trata del colorete de la Beauty Beats de Essence que además va combinado con un toque de iluminador de la misma marca; en este caso, es el nácar de la EL Cinderella.
En los labios, el precioso tono 550 de los Provocalips de Rimmel, que ya os reseñé a principios de verano y que han sido para mi todo un descubrimiento por su colorido y duración.
Os dejo finalmente los productos usados para este look;
¿Habéis usado tonos burdeos o teja este verano?
Seguro que pronto estamos hablando de los que se llevarán este otoño, y sospecho que el Play with fire de Rimmel va a estar entre mis habituales.
BESOS!!