Investigadores de la Universidad de Utah afirman que una dosis única de un anticuerpo humano que suprime las acciones del glucagón, provoca una transformación notable en el páncreas, que aumenta la masa celular de insulina suprimiendo los síntomas de la diabetes y pasando de necesitar inyecciones de insulina a no necesitar nunca más un tratamiento para la diabetes.
En el estudio publicado Proceedings of the National Academy of Sciences ( PNAS ) los científicos indujeron diabetes en ratones, lo que provocó la muerte de las células beta productoras de insulina en el páncreas. Cuando a estos mismos ratones se les administró un anticuerpo monoclonal humano llamado Ab-4 que bloquea la unión del glucagón en el hígado, sus niveles de glucosa en sangre se normalizaron y se restauraron los niveles de insulina en sangre circulante.
Profundizando, los investigadores rastrearon las células alfa productoras de glucagón utilizando un marcador de proteína fluorescente que se ilumina en rojo. El mayor número de glóbulos rojos brillantes también producía insulina, lo que sugiere que estas células productoras de glucagón habían comenzado a producir insulina en su lugar. Estos estudios iniciales se realizaron en ratones que pudieron regenerar células productoras de insulina sin interferencia del sistema inmunológico.
A continuación, los científicos centraron su atención en los ratones diabéticos no obesos (NOD). Estos animales desarrollan diabetes espontáneamente porque sus sistemas inmunes demasiado agresivos provocan fácilmente la muerte de las células beta (insulina). Esta condición se parece mucho a la diabetes tipo 1 en humanos. Sin embargo, el tratamiento con Ab-4 restauró la producción de insulina y la regeneración de un número abundante de células productoras de insulina en el páncreas.
Muchas terapias potenciales que aumentan la masa de células beta en ratones no logran tener el mismo efecto en los islotes humanos o en los pacientes. Para ver si podían superar eso, los investigadores injertaron islotes humanos en ratones diabéticos inmunodeficientes. Luego eliminaron selectivamente las células beta, dejando solo los islotes humanos en su lugar. El tratamiento de estos ratones con Ab-4 mejoró el control de la glucosa y aumentó la cantidad de insulina humana circulante en su torrente sanguíneo, lo que confirma un beneficio para los islotes humanos. Estos efectos aún eran detectables 40 días después del tratamiento.
En el futuro, los investigadores están comenzando a investigar cómo las células alfa (glucagón) se convierten en células productoras de insulina y evitan ser dañadas por el sistema inmunológico.