Revista Religión
La fiesta del cordero es para los musulmanes una celebración sobria, honda, profundamente religiosa que les une en la oración en el día décimo del mes lunar del “dul-hiya”. Es la fiesta de la solidaridad y la tolerancia. Por ello, y según la religión islámica, lo que se festeja es el establecimiento de la ley que protege la vida humana y la fusión del ser puro del hombre con sus anhelos de perfección.
Sin embargo, hoy, la finalidad de esta fiesta salta por los aires ante los duros acontecimientos que está viviendo el pueblo saharaui. El egoísmo, el poder y la ambición, borran los principios sagrados que deberían regir la vida de todos los hombres. Y, desgraciadamente, los corderos que hoy se sacrifican en una parte de la Tierra, tienen nombres propios y con ellos mueren la libertad y la justicia. Pero no la esperanza, ni la solidaridad de quienes, a pesar de todos los pesares, creemos que un mundo mejor es posible.
Las palabras siguen siendo nuestras armas. Y con ellas trabajan hoy en Smara Feli, Pilar y Gonzalo. Compartiendo la tristeza que envuelve este año a la gran fiesta, desgranando cuentos para enjugar lágrimas, reuniéndose en una nueva Noche del Bubisher con jóvenes, poetas, voluntarios de otros programas, maestros, personas anónimas, que buscan, en la fuerza de la poesía, un grito de paz, un apoyo cálido, la imagen de todos los que, desde aquí, les apoyamos. Saber que no están solos. Creer en el futuro.
Es difícil escribir algo que no se evapore, que tenga sentido cuando el dolor es tan grande. Pero hay siempre pequeños detalles que se vuelven inmensos. Hoy mismo, cuando los voluntarios fueron a comprar unas verduras al mercado de Samara, Bakka, la jovencísima saharaui que les atendió, les regaló, no solo los pimientos, sino una espléndida sonrisa y la emoción de saberles voluntarios del Bubisher. Porque Bakka, como tantos otros niños y jóvenes, se aferra a los libros, no solo como refugio, también como posibilidad de seguir soñando con un futuro digno.
La fiesta del cordero recuerda a todos los musulmanes que los derechos humanos no pueden ser violados. Y la ceguera de unos pocos, no puede dejar sin futuro a quienes, como Bakka, sueñan con un mañana en el que compartir el cordero sea, de verdad y en el más amplio sentido de la palabra, una fiesta.
Gonzalo, Feli, Pilar: Trasmitidles a toda nuestra gente saharaui el apoyo de quienes tanto les queremos. Para vosotros, la suma de todas nuestras manos.
Imagen: Acuarela de Isabel Fiadeiro.
http://www.fiadeiro.com/isabel/Femmes_saharauis_en_exile/index.htm