Revista Opinión
Andalucía se dispone a celebrar una vez mas su fiesta anual, el 28 de febrero, pero lo hace sin entusiasmo y con profunda preocupación porque los servicios básicos padecen recortes profundos y la esperanza en un futuro mejor se diluye. Los políticos socialistas, gobernando Andalucía desde hace mas de tres décadas, no consiguen que la región despegue y elimine sus grandes dramas, que son el desempleo masivo, el atraso económico y un liderazgo político decepcionante, generador de escándalos y desconfianza e infectado de corrupción e ineficacia. --
En este insípido Dia de Andalucía de 2015, como todos los años, los políticos rendirán homenaje a Blas Infante, al que llaman "Padre de la Patria" porque así lo reconoce el Estatuto de Autonomía. Pero, para colmo de desgracias, los tiempos están siendo crueles con un Blas Infante que se hizo musulmán antes de morir, algo escasamente popular hoy, cuando el yihadismo asesino siembra nuestro mundo de cadáveres decapitados o quemados, en nombre del Islam.
Algunos intelectuales andaluces se atreven ya a cuestionar los méritos de Blas Infante como Padre de la patria andaluza. Algunos afirman que Fernando III el Santo, reconquistador de grandes espacios andaluces frente a los invasores musulmanes, reúne mas méritos que un Blas Infante cuyo sueño fue una Andalucía sometida a la Sharía, con nuestras mujeres cubiertas con el velo o el burka.
La celebración sorprende a los andaluces en un ambiente preelectoral que pasa casi desapercibido y que no genera ilusión alguna. Lo único que altera el pulso cansino de una región postrada y victima del desempleo masivo y del avance de la pobreza es la irrupción en el panorama de Podemos, una nueva opción política que por lo menos libera a los andaluces de tener que elegir entre dos viejos partidos agotados y con su imagen profundamente dañada por la corrupción y la ineficacia.
Es difícil encontrar en el calendario un dia de Andalucía mas triste y plano que el de este año 2015 para una tierra presa del clientelismo y de la desidia política, acostumbrada ya a ser parte del furgón de cola de España y de Europa.
La economía andaluza está controlada por la Junta, directa o indirectamente, en mas de un 50 por ciento, un porcentaje sorprendente en la Europa de los mercados y de la libre empresa. El poder del gobierno andaluz es agobiante y sus brazos de pulpo llegan a cualquier rincón. La sociedad civil andaluza es un cadáver y los intelectuales y pensadores andaluces cada día tienen mas claro que la región, antes de aspirar a un crecimiento económico, necesita un baño ético y una perestroika liberadora. Para encontrar en Europa otra región tan controlada por el poder de un partido político gobernante habría que remontarse a alguna de aquellas viejas repúblicas soviéticas en tiempos de Breznev, cuando el PCUS (Partido Comunista de la Unión Soviética) era lo mas parecido a Dios.
(Para disipar la tristeza plana y gris del Día de Andalucía, en el que poco hay que celebrar desde la crisis, el desempleo y el avance de la pobreza, hemos decidido ilustrar este artículo, también triste, con la imagen mas exultante y esperanzadora que hemos encontrado en la Andalucía actual, la del nuevo puente de Cádiz sobre la bahía, todavía en construcción, una obra hermosa y grande que alimenta la esperanza de una resurrección andaluza que esperamos infructuosamente desde que murió el dictador).
Algunos intelectuales andaluces se atreven ya a cuestionar los méritos de Blas Infante como Padre de la patria andaluza. Algunos afirman que Fernando III el Santo, reconquistador de grandes espacios andaluces frente a los invasores musulmanes, reúne mas méritos que un Blas Infante cuyo sueño fue una Andalucía sometida a la Sharía, con nuestras mujeres cubiertas con el velo o el burka.
La celebración sorprende a los andaluces en un ambiente preelectoral que pasa casi desapercibido y que no genera ilusión alguna. Lo único que altera el pulso cansino de una región postrada y victima del desempleo masivo y del avance de la pobreza es la irrupción en el panorama de Podemos, una nueva opción política que por lo menos libera a los andaluces de tener que elegir entre dos viejos partidos agotados y con su imagen profundamente dañada por la corrupción y la ineficacia.
Es difícil encontrar en el calendario un dia de Andalucía mas triste y plano que el de este año 2015 para una tierra presa del clientelismo y de la desidia política, acostumbrada ya a ser parte del furgón de cola de España y de Europa.
La economía andaluza está controlada por la Junta, directa o indirectamente, en mas de un 50 por ciento, un porcentaje sorprendente en la Europa de los mercados y de la libre empresa. El poder del gobierno andaluz es agobiante y sus brazos de pulpo llegan a cualquier rincón. La sociedad civil andaluza es un cadáver y los intelectuales y pensadores andaluces cada día tienen mas claro que la región, antes de aspirar a un crecimiento económico, necesita un baño ético y una perestroika liberadora. Para encontrar en Europa otra región tan controlada por el poder de un partido político gobernante habría que remontarse a alguna de aquellas viejas repúblicas soviéticas en tiempos de Breznev, cuando el PCUS (Partido Comunista de la Unión Soviética) era lo mas parecido a Dios.
(Para disipar la tristeza plana y gris del Día de Andalucía, en el que poco hay que celebrar desde la crisis, el desempleo y el avance de la pobreza, hemos decidido ilustrar este artículo, también triste, con la imagen mas exultante y esperanzadora que hemos encontrado en la Andalucía actual, la del nuevo puente de Cádiz sobre la bahía, todavía en construcción, una obra hermosa y grande que alimenta la esperanza de una resurrección andaluza que esperamos infructuosamente desde que murió el dictador).