El Ministerio de Trabajo y Economía Social busca simplificar y mejorar el nivel asistencial de protección por desempleo y crear una nueva prestación que integrará a todas las existentes, que entrará en vigor a partir de 2022 y que tendría una cuantía del 80% del Iprem (451,90 euros al mes, según el Iprem de 2021).
Plan de Transformación, Recuperación y Resiliencia
Así se recoge en el Plan de Transformación, Recuperación y Resiliencia, donde se señala que la reforma va dirigida a sustituir el nivel asistencial de protección por desempleo, regulado en la Ley General de Seguridad Social y en los programas de Renta Activa de Inserción (RAI) y subsidio extraordinario por desempleo (SED), integrándolos en una nueva prestación, complementaria de la protección contributiva, que proteja la situación de transición al empleo.
Además, se apunta que esta integración se hará de forma coordinada con el desarrollo del Ingreso Mínimo Vital (IMV), que incluye el aumento de sus beneficiarios y el desarrollo de los itinerarios de inclusión.
La finalidad que persigue esta medida es la de ampliar la protección por desempleo. Mejorando la cobertura al ampliar la duración de los subsidios y eliminar lagunas de desprotección de los programas actuales. Pero también simplificar el funcionamiento del sistema, reduciendo el número de figuras para dar más claridad, seguridad jurídica y facilitar la gestión.
Cómo será este nuevo subsidio
Este nuevo subsidio, tendrá el tratamiento de una prestación por desempleo, complementaria del nivel contributivo. Vinculada a cotizaciones previas y financiada con cargo al presupuesto de las prestaciones por desempleo y cuya gestión estará atribuida al Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) y al Instituto Social de la Marina (ISM).
Esta reforma se estima, irá dirigida a personas que agotan la prestación contributiva y continúan en situación de desempleo y personas que acreditan más de seis y menos de 12 meses cotizados, de forma que no pueden acceder a la prestación contributiva.
Para acceder a este subsidio, se inicialmente se exigiría la acreditación de carencia de rentas individuales y en algunos casos, responsabilidades familiares y el compromiso y cumplimiento de un itinerario personalizado de empleo ante el servicio público de empleo competente.
La duración del mismo dependería de la edad, circunstancias familiares y la duración de la prestación agotada, con el objetivo de ampliar el periodo máximo actual del subsidio ordinario, incorporando las prórrogas de los subsidios extraordinarios aún vigentes.
Itinerario personalizado de empleo
Otro punto a tener en cuenta, es el deseo de vincular esta protección con el compromiso de seguimiento y realización de un itinerario personalizado de empleo y permitir que la prestación sirva de transición hacia la protección social cuando la persona beneficiaria no se reincorpore al mercado laboral y se encuentre en situación de vulnerabilidad.
Es por ello que, como hemos mencionado antes, también ira en concordancia con el desarrollo del IMV y su itinerario de inclusión.
Una propuesta necesaria
Ya hemos hablado en artículos anteriores sobre el excesivo numero de subsidios y ayudas diferentes y el caos que eso supone, tanto para la administración como para la ciudadanía. Y es que, no tiene sentido que, en este caso, el SEPE cuente con tantos tipos de subsidios que resultan tan similares, tanto en cuantía como en requisitos.
Resulta más razonable unificar lo más posible y si es en un único subsidio mejor, que cuente con ciertos requisitos generales y que se amplié y varié según las circunstancias personales de cada persona. Otro punto muy importante y necesario es, que, al subsidio, le acompañe un itinerario personalizado de empleo real. Y decimos real, porque muchas ayudas y subsidios lo incluyen en su teoría, pero luego no se lleva a la práctica.
El Servicio de Empleo debe apostar por fomentar e impulsar a las personas desempleadas a que adquieran herramientas y recursos útiles para volver a incorporarse al mundo laboral. Para que así, el tener que cobrar una prestación o un subsidio, resulte algo puntual y no una necesidad a largo plazo.
Tendremos que esperar hasta el año que viene para ver cómo evoluciona esta propuesta. Con la esperanza, de que se lleve a cabo de manera rápida y efectiva y que sobre todo, se ponga como primer objetivo proteger a los colectivos más vulnerables.