¿Cuántas noches volviendo a casa después de una noche de juerga hubiéramos pagado por tener a mano un urinario público y no tener que orinar por las calles?
No hay más que pasearse una mañana temprano por una zona de bares de cualquier ciudad para comprobar la falta de salubridad de ciertos rincones en la vía pública. Además de ser un problema de higiene, la ciudad ofrece una imagen nada aconsejable, sobre todo en lugares que son asiduamente visitados por turistas.
El urinario público ha desaparecido de casi todas las ciudades. Sin embargo, seguro que hay mucho que hacer para solucionar un problema y ofrecer una imagen mucho más civilizada. Esto es lo que pretende la empresa francesa Faltazi, de la ciudad de Nantes, con su urinario jardín de flores.
El urinario es un mueble urbano compuesto por habitáculo relleno de paja en una estructura de acero. Al orinar directamente sobre la paja, estamos creando un compost nitrogenado que facilitará el crecimiento de flores plantadas en la parte superior de la estructura.
El carbono presente en la paja, una vez entre en contacto con el nitrógeno de la orina además de evitar de no producir ningún mal olor, nos ofrece la posibilidad de alimentar todo tipo de flores.
La orina es un fertilizante que contiene fosfato y por ello es muy eficaz. Hasta ahora lo hemos estado desaprovechando pero no será por mucho tiempo ya que la mayoría de los fosfatos utilizados en la agricultura provienen de minas de África y su declive es un hecho.
Creatividad y ecología
Una idea creativa que soluciona de forma ecológica y sostenible un problema de higiene y de imagen que sufren hoy en día muchas ciudades de todo el mundo.
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