Radón Nieves tiene 52 años y lleva mucho tiempo viviendo solo en las insípidas avenidas de Maracay, Venezuela, buscando un lugar donde pasar la próxima noche.
Come de lo poco que algunos se dignan a regalarle. Cuando le conocí, estaba muy alegre porque le regalaron un cartón de huevos. Me contó que la gente de la Panadería Texas y del Unicentro Empresarial Aragua le prestan atención y se queda algunas veces allí donde puede preparar algo de comer.
Me llamó la atención que lleva con orgullo la bandera de Venezuela en su humilde carrito donde conduce de un sitio a otro sus más preciados tesoros. Recordé que las personas que menos tienen definitivamente aprecian mucho más lo que obtienen.
-Mire hijo, yo cometí muchos errores en esta vida y de repente Dios me puso a pagar todo lo que hice- me dijo. -Pero también se que muchos niños y jóvenes me ven y dicen dentro de ellos que no quieren ser como yo, y aunque te parezca raro, eso es bueno de alguna manera porque se esforzarán en esta vida para no ser como yo.
Me contó que había “recorrido todo Maracay y que es una ciudad muy bonita”.
-Yo quiero mucho a Maracay y a mi Venezuela- me dijo y no paré de sentirme más orgulloso de ser venezolano.
Chicos, si ven a este señor por la calle, ¡échenle una mano! Estoy convencido que unidos sacaremos a Venezuela adelante.