Dicen todos los pronósticos del tiempo que este verano será muy caluroso. Más de lo normal.
Yo me alegro y sobre todo espero que lo sea especialmente el fin de semana del 6 y 7 de agosto.
Dicen, los viejos del lugar, que en las primeras semanas de agosto, cuando el calor aprieta, en el viejo castillo rojo, enclavado en una roca escarpada, se han visto figuras que recuerdan a aquellos que lo habitaron hace siglos. Que se pueden escuchar los sonidos del hierro golpeado sobre la fragua. Se reconocen los olores de las especias en lo que fueron las antiguas cocinas del castillo e incluso, cuentan, que se oyen rezos y huele a incienso.
También dicen, que durante la siesta, cuando el pueblo está en calma, sobre el sonido de la chicharra, se oye el fragor de combatientes entrechocando los escudos, los gritos de combate y el sonar del acero.
Si es así, espero que haga mucho calor, para que podamos vivir la experiencia que cuentan los lugareños sobre ese lugar.
Y que no llueva, por Dios, que no llueva.