En el PSOE de Andalucía, enfrentarse al muro de su aparato es condenarse de antemano a la marginalidad, a hacer la travesía por el desierto para purgar los pecados que trae aparejados la rebeldía. Son muchos los militantes que han probado el amargor de esta penuria. A pesar de ello, el alcalde de la localidad granadina de Jun, José Antonio Rodríguez Salas, ha optado por esta opción.
Desde que el presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, anunciara en sede parlamentaria que no volvería a repetir como candidato la maquinaria socialista engrasó sus engranajes y se puso a trabajar de inmediato. Susana Díaz, actual consejera de Presidencia, se perfiló de inmediato como la heredera elegida desde la cúpula y así se hizo ver desde el primer momento, a pesar de la obligatoria invitación a que cualquiera invitación a que cualquiera que quisiese concurriera a las primarias. Es la forma que el aparato tiene de hacer ver que el sucesor ya está elegido.
El PSOE no puede permitirse que se repita el error que cometió el anterior Presidente, Manuel Chaves: la elección esta vez no puede ser por aclamación, dados los tiempos que corren es conveniente que el heredero esté legitimado por el voto de los militantes. Las primarias están servidas. Y es ahí donde muchos ubican la sorprendente por inesperada candidatura de Luis Planas, consejero de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente.
Una buena parte de la militancia lo considera como el hombre de paja del aparato que garantiza que dicha votación se lleve a cabo. El sector crítico no ha sido capaz de aglutinarse en torno a un candidato propio y ahora intenta aprovechar esta necesidad de competencia del núcleo del partido para otorgar cierta legitimidad a la elegida. Otros aseguran que es el tapado de Rubalcaba y Chaves. Quizás eso explique queAlfonso Rodríguez Gómez de Celis se haya prestado a dirigir la campaña del oponente de la que ha sido su tradicional enemiga dentro de las filas del partido. Además de por otras cuestiones, claro.
A partir de ahí, los engranajes comienzan a girar y las direcciones provinciales y las comisiones ejecutivas de las agrupaciones socialistas de toda Andalucía se ponen a funcionar a todo trapo. Las agencias se pueblan de sus comunicados declarando el fiel apoyo a la candidata en cuestión en mayor grado y al otro figurante en menor. Las redes clientelares del PSOE desperezan sus tentáculos y los lanzan a la búsqueda desesperada de avales de cara al 29 de julio.
En semejante maremoto de maniobras orquestadas desde la oscuridad de los despachos aparece un tipo que es alcalde de una localidad granadina de apenas 3.500 habitantes y anuncia la intención de disputarle las primarias a los dos grandes dinosaurios puestos en escena por el aparato. Y su única y más grande esperanza, además de su influencia en las redes sociales —cuenta con más de 225.000 seguidores en Twitter—, no es otra que canalizar el cabreo generalizado de las bases ante el esperpento que está sucediendo.
“Levantad la mano tuitera para que os pueda ver” ha dicho a sus seguidores al dar comienzo a la recolección de los 7.000 avales necesarios para poder concurrir. Un tipo que apuesta por “despertar la inteligencia colectiva socialista” y por que los militantes no sean “sólo gente para poner carteles o ir a las elecciones de interventor”. De ahí su huida de las direcciones provinciales y su obcecación por hablar uno a uno con todos los militantes que pueda para obtener su aval. La tarea es titánica, pero afirma estar “esperanzado” en alcanzar la meta.
Afirma contar ya con más de 5.000 de los avales necesarios, cuando aún no ha comenzado la recogida en provincias como Sevilla, a la que ha dejado para el final dado su peso específico dentro del partido. Su objetivo es sobrepasar los 7.500, por lo que pudiera pasar luego en la validación de los mismos. Y para lograrlo ya ha iniciado su campaña en las otras 7 provincias de la mano de sus seguidores en las redes sociales.
También ha realizado una encuesta entre los militantes socialistas con presencia en Twitter, alrededor de 1.500, de manera aleatoria y uno a uno, que le otorga buenas perspectivas caso de lograr validar su candidatura. Según dicho sondeo, el 59% lo apoyarían a él, cerca de un 30% a Susana Díaz, un porcentaje algo menor a Planas y el resto, muy pocos, no tiene aún decidido su voto.
Se queja de que el aparato no está teniendo con él la misma consideración que con los otros candidatos, cosa que no deja de ser lo normal, pero está lejos de desistir y piensa dar la batalla hasta el final, a pesar de que su candidatura “no es de personajes relevantes”. A través de su perfil en Twitter ya empiezan a concretarse algunas de sus propuestas, como que los Consejos de Gobierno sean retransmitidos por Internet y que se celebren cada vez en una provincia diferente, así como realizar reuniones mensuales en cada delegación “para escuchar su problemática”. Suerte, lo que es suerte, la va a necesitar toda.
Mientras tanto el resto, los que dan por hecho que el aparato se saldrá —como siempre— con la suya, titubean entre la resignación más arraigada y el proponerse horizontes aún más lejanos. incluso se rumorea que ya hay quien está empezando a moverle la silla a Espadas como candidato a la alcaldía de Sevilla, dando por hecho que la victoria de Susana Díaz en las primarias le dejará el camino totalmente despejado. En el poroceso de relevo dirigido y tranquilo que la cúpula del PSOE-A esperaba ha aparecido en escena un verso suelto que tal vez consiga pescar en río revuelto.