Revista Cultura y Ocio

Un viaje angelado

Por Nicopasi
Un viaje angelado
Así como es cierto el famoso “síndrome de la hoja en blanco” (ese que les sobreviene a los escritores cuando se ven obligados a forzar un proceso creativo en virtud del tiempo que acucia) lo mismo sucede al regreso de un viaje. En mi caso siempre tardo unos días en “bajar” a la realidad, adaptarme al ritmo que la vida citadina obliga y eso se ve reflejado en el mismo momento en el que me siento delante de la computadora y aparece la gran pregunta: ¿Por donde empiezo a contar?
En ese momento es cuando se ponen en dudas la eficacia de todos los talleres de escritura realizados, las miles de notas escritas para la facultad y en mi caso, los cursos de guión y creatividad que parecen nada haber dejado cuando la blanca página del Word nos desafía a ver cuanto tardamos en mancharla con las primeras oraciones.
Cuando eso sucede lo mejor es apelar a los disparadores, esos que pueden ser un recuerdo, una imagen, un sonido, un sabor, un color o cualquier cosa que encienda la imaginación y ponga la cabeza en marcha. Esta vez, para empezar a contar el último viaje, la inspiración apareció en el mismo momento en que leí una frase de Carlos Creepy ( músico y escritor, además de buen amigo) que decía: "A veces mi alma es ángel que cree del cielo su casa. Pobre de ella que no sabe, a veces, para qué son las alas". Y en cuestión de segundos la inspiración llegó como por arte de magia.
 La frase me recordó un pensamiento que tuve mientras visitaba las diferentes ciudades, y que tenía que ver con la cantidad de ángeles que veía a lo largo del día en cada una de ellas. Ya en Lisboa me di cuenta de que la presencia de los seres alados parecía seguirme, puesto que no había pintura de museo, graffiti callejero, escultura de plaza u ornamentación de edificio en las que no aparecieran como queriendo dejar un mensaje, o simplemente hacer notar su presencia.
Siempre dije que los viajeros tienen un ángel guardián (o una estrella, o energía, depende la creencia de cada uno) que los guía, los sostiene y les hace el camino más llevadero para que la mochila no pese tanto al estar lejos de casa. Así es que con esta idea del viaje angelado, doy inicio a las crónicas del 2013.
 Miren las imágenes y al final díganme si la cantidad (y diversidad de ellos) no merecía un posteo.

Un viaje angelado

En el Alto de Lisboa un restaurant me recibía con esta frase y los cuatro ángeles que aparecen en la foto anterior

Un viaje angelado

Cuando volvía de visitar la catedral, otros cuatro se pusieron frente a mí mientras esperaba para cruzar 


Un viaje angelado

Al entrar en el Museo del azulejo, la primera imagen que ví fue ésta


Un viaje angelado

y grande mi sorpresa cuando en la capilla del mismo museo me encontré con esta otra


Un viaje angelado

Es sabido que Roma es la ciudad con más ángeles del mundo, así que no estuve muy sorprendido y sólo me dediqué a fotografiarlos, a un lado y otro del Tíber.


Un viaje angelado

Ángel custodio de la entrada al Castel Sant´Angelo


Un viaje angelado

La Fontana di Trevi también los tiene como guardianes de las increíbles escenas que representa 


Un viaje angelado

Y como no podía ser de otra forma, me encontré con el Arcángel San Gabriel en el pesebre del Vaticano


Un viaje angelado

En la Iglesia de San Matías de Budapest, estaban cuidando una de las viejas entradas hoy cerradas al público


Un viaje angelado

Y en la Galería Nacional aparecieron por doquier en pinturas, objetos religiosos e iconografía húngara


Un viaje angelado

Incluso en los marcos de algunas de las pinturas más importantes del museo


Un viaje angelado

También los ví en la cúpula de uno de los cafés más antiguos de la Avenida Andrassy


Un viaje angelado

Y al pie del funicular que comunica el Buda con el Pest


Un viaje angelado

La cúpula de la Ópera de Budapest tampoco fué la excepción


Un viaje angelado

Ni tampoco los vitrales del parlamento húngaro


Un viaje angelado

En Berlín, el ángel que engalana la Torre de la Victoria es un ícono de la ciudad. Se lo puede ver desde cualquier lugar y es visitado por miles de turistas que día a día se posan frente a él para atestiguar su paso por la ciudad del muro.


Un viaje angelado

En París, además de engalanar el puente los ví divirtiendo a los transeúntes


Un viaje angelado

También representando tiempos de epopeya y glorias pasadas


Un viaje angelado

Y graciosos al pie de la gran dama de la ciudad


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