Revista Infancia
Tina y Leo van a ir esta tarde con papá y mamá a visitar a la abuela. Como el coche está en el taller, han decidido ir en tren. ¡En tren! Esta vez el perro Atila tendrá que quedarse en casa, pero los mellizos están muy emocionados con el viaje. Así que después de comer han salido todos rumbo a la estación. Una vez allí, mamá ha comprado los billetes y los ha repartido para que cada uno tuviera el suyo. “Ahora tenéis que meterlo en esas máquinas para que se abran las puertas y podáis pasar al andén”. Primero ha pasado papá, después Tina y Leo y por último mamá. ¡Ya estaban dentro! ¡Cuántos trenes! Como han ido con tiempo, han podido pasear un rato para verlos. Cuando se ha acercado la hora, han buscado su tren y han subido. Tina y Leo querían sentarse en la ventan para poder ver bien el paisaje, así que papá y mamá se han sentado junto a ellos, en el pasillo.
Y de repente… ¡piiiiiiii!!
- ¿Qué pasa?, ha preguntado Tina
- Ese sonido significa que estamos a punto de marcharnos, ha explicado mamá.
- ¡Bien!, han gritado juntos Tina y Leo.
El tren ha arrancado. Al principio despacio. Desde la ventana Tina y Leo han visto cómo poco a poco iban dejando la estación atrás. Y poco a poco cada vez más rápido, hasta que los árboles desfilaban a toda velocidad. De pronto, todo se ha puesto oscuro y había mucho ruido. Leo se ha asustado.
- Papá, ¿qué pasa? ¡Tengo miedo!
- No te preocupes, Leo, le ha calmado papá. ¡Es sólo un túnel! Enseguida saldremos y veréis de nuevo el paisaje.
Y así ha sido. Tina y Leo han vuelto a ver árboles, casas y vacas por la ventana durante un buen rato. Hasta que… ¡ha llegado otro túnel! Otra vez estaba todo oscuro y se oía mucho ruido. Pero esta vez Leo ya sabía que era un túnel y no se ha asustado. Así, entre túnel y túnel, han llegado al final del viaje. Y ahí, en la estación, ¿a quién han visto por la ventana? ¡A su abuelita, que había ido a buscarles! Ilustración: Ana del Arenal Imprime este cuento