Aunque parezca sacado de un cuento de fantasía, la fotografía que acompaña estas líneas fue tomada aquí en la tierra y no tiene ningún retoque digital.
Un hermoso espectáculo es el documentado por Reuben Wu, fotógrafo Británico que se fue de paseo a Indonesia y aprovechó para captar una erupción volcánica nada usual.
Al este de Java, en Indonesia, se encuentra el complejo volcánico de Ijen, un grupo de estratovolcanes con forma de un gran caldero al que llaman "La caldera", y que mide aproximadamente 20 Kilómetros. El pico más alto es el volcán Gunung Merapi, que en lenguaje nativo se traduce como "montaña de fuego".
Este lugar tiene algo bastante particular y es que la lava que emerge del volcán, en lugar de ser roja, como estamos acostumbrados, tiene un tono más bien azul eléctrico, y aunque la lava en si no tiene diferencia alguna con la que podemos ver en el resto de los volcanes del mundo: es viscosa, con movimiento lento e inclusive, el color de la lava como tal sigue siendo rojo. Entonces, ¿Por qué brilla en azul?
El proceso quema de un elemento revela mucho acerca de la energía de la reacción química que se está produciendo. Una coloración roja indica que se está liberando una cantidad baja de la energía; tonos verdes son representativos de reacciones moderadamente energéticas. Llamas azules indican que están liberando bastante energía. Entonces, esta lava es azul porque está liberando una cantidad enorme de energía. Esto es debido a que la lava está quemando algo más con ella: Gas sulfúrico.
Un truco bastante entretenido y que seguramente llegamos a ver en clase de química es el tinte que adquiere la llama de un mechero cuando se quema cierto elemento. Por ejemplo, el calcio produce una llama amarillenta, el cobre es verdoso y el potasio produce un fuego color lila. El azufre, como podrás imaginar, produce una llama azul. Es este azul el que vemos en las fotografías. El gas sulfúrico liberado a altas presiones se incendia a temperaturas de unos 600 °C, produciendo llamaradas que alcanzan hasta los 5 metros de altura.
Aunque es un espectáculo alucinante debes saber que no es precisamente fácil llegar allí. Se requiere una caminata de dos horas para alcanzar el borde del cráter, seguido de una caminata de 45 minutos hasta la orilla del cráter. Además, aunque logres llegar, debes tener en consideración que el gas sulfúrico es extremadamente dañino para las vías respiratorias, por lo que es necesario que lleves máscaras y equipo especial para salir ileso.
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Aquí encontrarás más fotografías de la zona volcánica de Ijen.
Si quieres ver el trabajo completo de Reuben Wu, puedes visitar su sitio web, su Twitter, Instagram o su Facebook.