Me espanta el talento de Maluenda.
En el buen sentido de la palabra. Me fascina. Me encanta.
Cinco novelas de Maluenda leídas y no pararé hasta leerlas todas.
Lástimas de las digitales, que de momento se me van a escapar.
Una anciana obesa y tranquila es otra de las novelas de la serie de Humphrey y Billy Ray, concretamente la numero ocho, y de momento la última escrita de la pareja; dejaremos a parte La fiesta, donde solo sale Humphrey de manera testimonial.
Las estoy leyendo desordenadas, sí, pero es que muchas están descatalogadas y voy tirando de bibliotecas y de su disponibilidad. Una lástima.
Esta anciana obesa y tranquila me ha gustado mucho, más que Putas, diamantes y cante jondo, la trama me ha seducido en seguida, Humphrey está más dandi que nunca y tiene casi todo el protagonismo. En esta novela el gallego americanizado es más secundario, tiene un papel más a la sombra, aunque eso no signifique nada en absoluto.
La vecina de Humphrey a la que todos llaman María la Portuguesa, aparece brutalmente asesinada en su casa. Humphrey la tiene como una anciana tranquila, que se ocupa de sus plantas y de mantener su balcón limpio y en perfecto estado. Así que cuando aparece asesinada, Humphrey ve que algo no encaja. La sospecha crece cuando la hija de la Portuguesa, una espectacular femme fatale de curvas extraordinarias, aparece en la agencia de Humphrey para encargarle un trabajo no menos extraño que la muerte de su madre.
Al mismo tiempo, aparece por la agencia Jazmín, una (otra, que grande eres Maluenda) espectacular mujer que está empeñada en demostrarle a su querido marido que sus sospechas son ciertas, y que ella lo engaña con otros hombres… ¿Qué lleva a una preciosa mujer a eso? Humphrey acepta el caso, no sin ciertas reservas, y se prepara para vivir una de las épocas más extrañas de su carrera como detective…
Una anciana obesa y tranquila es de esos libros que no terminarías nunca, es de esos que fluyen a la perfección, que sigues leyendo y leyendo y leyendo, como ver esas series de bajo presupuesto que tanto nos gustan, como The Young ones que nunca me cansaba de ver una y otra vez. Maluenda vuelve a conseguir una vez más hipnotizarnos con sus personajes, hechizarnos; con una manera de escribir clara y concisa, socarrona, un pelo cínica, en ocasiones excéntrica y con sobrada calidad, hace que empaticemos al instante con todos y cada uno de sus personajes, que disfrutemos de la trama, de los entresijos, de la Barcelona del Poble sec, de todo, de toda la novela, hace que la devoremos sin querer terminarla, esa sensación de leer con un ojo puesto en cuanto nos queda para terminar, temiendo llegar al final.
Esa sensación de estar en familia, de leer sabiendo que estas en familia, de saber que no te van a engañar, que no va a haber sorpresas, sensación de costumbrismo literario, a veces bueno, a veces malo, todo depende de lo que te apetezca leer, está claro, pero bueno en este caso, como cuando quieres sentarte en tu butaca de leer o tu sitio de siempre en la cafetería que tanto te gusta, o ese rincón en el parque, cómodo y aislado. Maluenda es ya eso en mi vida y con Una anciana obesa y tranquila no hace más que ratificar esa agradable sensación de placer costumbrista y sencillo que siento al leerlo, sin aspavientos, sin saltos mortales, sin atropellos, solo Humphrey y yo, una naranjada y un lugar cómodo para que pasen las horas.
Una anciana obesa y tranquila
Luis Gutiérrez Maluenda
Editorial Difácil 2009
192 páginas.