Revista Espiritualidad

Una aproximción a la teoría de la verdad de russell

Por Josep Pradas

El atomismo lógico de Russell y la teoria de las descripciones

Es el punto de partida de Wittgenstein, que desemboca en la redacción de Tractatus (1921). Es también el punto de partida del movimiento analítico (1921), que cuenta con Frege, Russell, Moore y Wittgenstein como telón de fondo, aunque también se alimentará de desarrollos del neopositivismo.Russell había iniciado la formulación del atomismo lógico a través de su teoría de las descripciones (1905), y fue el punto de partida para el desarrollo del Tractatus, publicado por Wittgenstein en 1921 y prologado por Russell. Pero el planteamiento de la lógica de Wittgenstein se inicia durante su estancia en Cambridge, entre 1912 y 1913, junto a Russell, que es quien primero advierte la importancia del concepto de tautología para la definición de la matemática. Sin embargo, Wittgenstein dejó la cuestión sin resolver cuando abandonó Inglaterra, camino de Noruega. En 1919 vuelve a ponerse en contacto con Russell, esta vez desde un campo de prisioneros en Italia, anunciando haber conseguido la definición de la tautología y la resolución de los problemas lógicos discutidos entre ellos durante los años de Cambridge (como el axioma de infinitud de Russell, que Wittgenstein critica). Aquí nace el Tractatus, esto es, un libro gestado en las trincheras. En realidad, la lógica como juego de tautologías convierte a la lógica en un puro juego simbólico que nada dice del mundo. Todas las proposiciones de la lógica dicen lo mismo, pero no dicen nada.La teoría de las descripciones de Russell es un análisis de la relación entre la forma gramatical y la forma lógica de las proposiciones, no siempre coincidente: en ocasiones, la gramática oculta elementos lógicos que son determinantes de la verdad de una proposición, es decir, que puede llegar a ocultar ficciones lógicas haciéndolas pasar por proposiciones válidas.Por ejemplo, la proposición el rey de Francia es calvo.Para Russell, en esta proposición se esconden varias afirmaciones que hay que verificar:
  • Hay un rey de Francia.
  • Hay uno y sólo un rey de Francia; es importante la diferencia entre los artículos el y un. Si decimos el rey de Francia estamos considerando que todas las propiedades que atribuyamos al rey de Francia deberán ser atribuibles a cualquier elemento que sea el rey de Francia, o lo que es igual, para todo x que sea rey de Francia. Si habláramos simplemente de un rey de Francia, entonces ese todos se reduciría a un simple algún.
  • El rey de Francia es calvo; es decir, que todo rey de Francia es calvo y no puede no serlo, salvo que habláramos de algún rey de Francia.
Las condiciones que hacen verdadera la proposición son las que nos permiten acceder a su significado, a través de la conjunción de aquellas tres proposiciones en que se descompone la inicial, según esta fórmula: existe un x tal que x es rey de Francia, x es calvo y, para todo y, si y es rey de Francia, y es idéntico a x.Es decir, que si no hay un tal x que sea rey de Francia, toda la proposición es falsa. En consecuencia, al decir el rey de Francia... no estamos usando sólo un sintagma nominal, en virtud del artículo determinado; lo que parece ser sólo un nombre en realidad presupone un predicado, es decir, que ya hay un rey de Francia del cual predicar alguna cosa. La gramática presupone una existencia encubierta, o lo que Russell llama una ficción lógica. La gramática puede conducir a equívocos que sólo un análisis lógico de las proposiciones desvela, considerando sus elementos más pequeños, sus unidades mínimas de significación, las proposiciones atómicas.Russell orientó estos argumentos contra la fenomenología, por ejemplo, que se permite sostener que, en cierto sentido, la montaña dorada, en tanto que pensable, existe. Wittgenstein, a su vez, quiso aprovechar esta herramienta para investigar exhaustivamente qué puede ser expresable y cuáles son los límites de la filosofía, en tanto que la filosofía tiende a decir lo que no puede ser dicho y a dar lugar a problemas, los metafísicos, que en realidad no lo son.

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