Revista Comunicación
"Me encanta la publicidad", sostenía estos días Steve Martin en Twitter. Basta pinchar el enlace que incluyó en su mensaje para comprobar que se está riendo de su propio desatino. El enlace lleva a un artículo del New York Times -que a su vez se refiere a otro que publicó el alemán Der Spiegel- donde se cuenta cómo el célebre actor fue víctima de una notoria estafa perpetrada por un grupo de falsificadores de arte en Alemania. La cantidad asciende a 260.000 euros.