Revista Opinión

Una bifurcación en el tiempo

Publicado el 04 noviembre 2019 por Carlosgu82

Un explorador camina en una selva desconocida. Da un paso en falso y cae en arenas movedizas. Sabiéndose irremisiblemente perdido, envía un mensaje mental que atraviesa el espacio y el tiempo. El mensaje es recibido por el yo que el explorador había sido unos minutos antes. Este lo considera una premonición, toma otro camino y salva su vida.
Para los escépticos, esta historia es imposible. No existen mensajes telepáticos que atraviesen el tiempo. Pero aquellos que gustan de lo fantástico aducen que la narración es posible, mas no se puede comprobar, ya que estos mensajes causan bifurcaciones en el tiempo que, a su vez, originan historias paralelas. En un curso de acontecimientos, el explorador murió sumido en el médano; en otro, vivió muchos años más, con variada fortuna. Nosotros podemos imaginar que todas las historias paralelas, como ríos que desembocan en el mar, confluirán un día en la eternidad. En esa eternidad, el salvado y el salvador se encontrarán. Lo que no sabemos es si el primero bendecirá al segundo por los años de más que le concedió vivir, o lo maldecirá por haberle impedido morir en el momento preciso.

El legado

Agonizo. Una oscuridad casi líquida me envuelve.
De ella se desprenden, como pesadas gotas de tinta, cientos de sombras.
Aquella toma la forma de un niño tímido y retraído.
Esta, de un adolescente introvertido y rebelde.
La de más allá, es un hombre maduro y formal.
Todas se me parecen, pero ninguna soy yo.
Comprendo que son los recuerdos que he dejado en otros.
No, madre, yo no soy ese niño, nunca lo fui.
No, amigos, yo soy mucho más y mucho menos que esa imagen endulzada.
No, enemigos, no soy solo esa figura envilecida.
¿Es tu destino y el mío pasar por la vida dejando espectros
que, como monedas falsas, esconden la verdadera esencia de nuestra alma?

¿Es este el triste legado que entregamos a los demás?

Nadie sintió mi clamor más profundo.
El dolor y las reflexiones de estos últimos segundos se perderán para siempre
Las sombras me llaman y me confundo con ellas.
Uno mi voz a la voz de las sombras
Eternas sombras que habitan en mí.
Y ellas, dolientes, girando veloces,
Huyen conmigo a la nada sin fin.

Tres dones

Hay tres cosas que nunca tendremos en demasía

Y que jamás nos arrepentiremos de atesorar:

Amor, sapiencia y valentía.

Si por un milagro alguien, antes de tu nacimiento,

Te pusiera a escoger algo que quieras más que nada en tu vida,

Pide esas tres cosas, pero sobre todo, pide valor.

Porque si no lo tienes, nunca expresarás las otras dos

pues no se llevan con la cobardía.

Valor para afrontar sufrimientos y enfermedades,

Valor para regalar a los enfermos y moribundos,

Valor para dar valor a quien lo requiera en el momento que lo requiera.

Valor para ayudar a los que mueren a cruzar el umbral hacia lo ignoto.

Valor para cruzarlo tú mismo y enfrentarte con Dios o con la Nada un día.


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