Una bolsa de canicas, Epopeya vital

Por Raul Bermejo

En la época navideña se respira en el ambiente un torrente de buenos sentimientos. La cartelera cinematográfica no es inmune a este espíritu navideño y se inunda de títulos que tocan la fibra sensible del espectador con historias de gran calado humano. A esta ola buenrollista pertenece “Una bolsa de canicas”, una emotiva historia familiar de superación contra las adversidades y supervivencia.

La historia del cine está trufada de películas con temática del Holocausto, de la persecución a los judíos en toda Europa y de las tropelías que cometió el nazismo en el episodio más negro de la Historia. De la ingente cantidad de producciones cinematográficas sobre estos terribles hechos reales habría que destacar la poética e inconmensurable “La lista de Schindler” y, en su reverso tragicómico, la revolucionaria “La vida es bella” (ambas figuran en el top diez de las mejores películas de la Historia según el canal de votación popular Filmaffinity). Más escalofriantes, por tratarse de material de archivo real, son las películas documentales “Shoah” y “Noche y niebla” que demostraron que en ocasiones la realidad puede superar a la ficción.
Una bolsa de canicas, Epopeya vital

“Una bolsa de canicas” viene a sumarse a este grupo de películas-denuncia de los estragos del nazismo desde la inocente visión de dos niños judíos, que en plena ocupación nazi en Francia tienen que huir constantemente, madurando antes de tiempo y haciendo frente a las adversidades que un niño (ni nadie) nunca debería afrontar a golpe de heroísmo.

Visualmente la película es una delicia. Una buena ambientación de la época y unos espectaculares paisajes alpinos y de la playa de Niza hacen que el espectador se sumerja de lleno en la historia acompañando en sus aventuras y desventuras a los inocentes protagonistas como un pasajero más de esos trenes atestados de viajeros y desesperación. Los dos actores que interpretan a los hermanos protagonistas (Dorian Le Clech y Batyste Fleurial), a pesar de su corta edad y su no más larga experiencia, hacen muy bien su trabajo, y aunque en la película aparecen grandes figuras del cine galo (el visitante Christian Clavier y el músico Patrick Bruel), sus interpretaciones dan el tipo.

La historia está basada en la novela homónima “Un saco de canicas” de Joseph Joffo que narra las peripecias reales que vivieron los hermanos Joffo. Y a pesar de tratarse de un hecho real se adivinan fácilmente ciertas licencias cinematográficas para dotar a la película de cierta agilidad narrativa. El repertorio de personajes adolece del maniqueísmo propio de historias de esta índole (el cura salvador, los villanos implacables, los compañeros de colegio intolerantes, entre otros), pero en menos de dos horas de película tampoco sería fácil dotarles de mayores matices.

A pesar del drama humano tan áspero que nos muestra la película, hay espacio para pequeños brotes de humor, como la presencia del cerdo Adolf o el niño que se ve capaz de recorrer distancias kilométricas llevando a hombros a su hermano lastimado para acabar resoplando a los pocos metros. Estos pequeños trazos cómicos alivian la tristeza de esos padres que se ven obligados a abandonar a sus dos hijos pequeños a su suerte para intentar escapar de su trágico destino (la lección de vida que les enseña el padre abofeteando a sus hijos al grito de “¡No soy judío!”, aún a sabiendas de que le duele más a él que a ellos, es una de las partes más emotivas del film).

En definitiva, “Una bolsa de canicas” es una película honesta y no manipuladora, que hace hincapié en una historia de sobra conocida por todos, pero no está de más volver a recordar a la humanidad los errores del pasado para evitar tropezar con ellos de nuevo.

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##check## Lo bueno

La canica favorita del niño protagonista, muy deteriorada por el uso, simboliza la inocencia perdida por las terribles situaciones que está viviendo y que ha de vivir. En una de sus huidas, el niño debe abandonar la canica, y en definitiva, abandonar su niñez con esta pérdida..

##times## Lo malo

Algunas situaciones previsibles (la escena del pasante de la frontera); otras torpemente resueltas (la emboscada en el jardín y la rápida evolución de la enfermedad de uno de los niños) y otras que beben demasiado de casualidades (la entrada de los soldados nazis en la peluquería).

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Ambientación 8.0

Uno de los aciertos de la película. Muestra la belleza de los lugares que van recorriendo los niños, sin renunciar a los lugares más sombríos de su itinerario, con una gran puesta en escena.

Desarrollo de Personajes 6.0

Todos los personajes son bastante arquetípicos y lineales..

Argumento / Guión 6.0

Como se ha comentado ya, presenta algunos puntos débiles pero a nivel general es aceptable..

Banda Sonora 8.5

Muy buena banda sonora de Armand Amar (responsable de, entre otras, la excelsa partitura de “El concierto”). Destaca la escena del violín que muestra un momento muy íntimo en la familia Joffo.