Revista Comunicación
No sé que puede justificar que una botella de agua pueda costar 300€. Lo que sé a ciencia cierta es que si he visto en un supermercado de Milán esta botella con cristales Swarovski a dicho precio, seguro que hay botellas mucho más caras del mismo líquido elemento que sale del grifo de tu bidé (por ponernos en un caso de glamour diametralmente opuesto) siendo vendidas a los bolsillos dispuestos a pagarlas.
Para todos los productos hay un hortera dispuesto a pagar una pasta con tal de demostrar lo snob que se puede llegar a ser. Y si no, recordad lo que publiqué hace un par de semanas de que había una marca que estaba produciendo y comercializando cepillos de dientes de titanio al módico precio de 3.200€. ¿Puede haber algo menos sofisticado que un cepillo de dientes? (sí, un cepillo de wc, pero mejor vamos a obviarlo)
En fin, que cada uno gaste su dinero en lo que quiera, pero digo yo que antes de hacer semejantes tonterías podían pensar en las miles de familias a las que este importe les arreglaba una buena temporada de productos básicos.