Una buena chica con malos hábitos. Look de otoño

"Las chicas buenas van al cielo. Las malas van a todas partes"

(Mae West)

Yo también soy una buena chica con malos hábitos. Y este look low cost perfecto para lo que las madres llaman misteriosamente el entretiempo, da fe de ello. 



Una buena chica nunca pisará la calle vestida con la negligee. Una chica con malos hábitos, saldrá en camisón y tendrá el valor de combinarlo con una chaqueta de punto y formas desestructuradas. Sin pudor.







Una buena chica siempre combinará zapatos y bolso. Una chica con malos hábitos llevará los complementos casi, casi del mismo tono pero siempre desparejados y osará ponerse una botas sin un incómodamente femenino tacón. 




Una buena chica siempre llevará una formal melena dorada con cuidadas puntas, la mirada al descubierto, para no guardar ningún secreto. Las chicas con malos hábitos afeitan (Alice Dellal, literalmente; el resto nos conformamos con aparentarlo) la mitad de su cabellera y reforzarán su imagen de chica dura con unas clásicas Ray Ban aviador.





Las chicas buenas son recatadas y obedecen las reglas de seducción de una geisha, las que marcan que jamás se mostrará un centímetro de piel más allá de la nuca. Las chicas malas se saltan las líneas rojas y dejan que vestidos y chaquetas se deslicen por la curva de su espalda.




Es más. Las chicas buenas nunca arriesgan, siempre esperan sentadas, modositas a que alguien dirija su vida. Las chicas con malos hábitos se asoman al precipicio, jugan con las reglas, se arriesgan a caerse y se divierten en el camino.




Ir al cielo está taaaan sobrevalorado que ¿quién querría ser una buena chica cuando puedes ser una chica con tan malos hábitos?