A tal fin, la ministra le dio siete millones de euros a nuestros cocineros más mediáticos, para que investiguen nuevos y sesudos platos, de esos que se hacen con soldador y Quimicefa.
Entretanto, uno de nuestros mejores investigadores en oncología, Mariano Barbacid, está de brazos cruzados (no hay más que verlo en la foto) sin poder desarrollar su proyecto contra en cáncer de pulmón, poque tiene bloqueados 50 millones de euros por problemas burocráticos del ministerio de la señora Garmendia. Y eso que el dinero es privado.Ver para creer, pero es que España es asín, señora, y no la cambia ni la madre que la parió.
Eso sí, para la Iglesia de Rouco y para las Jornadas esas de la Juventd en las que el papa B16 (protector de virones) vendrá en agosto, paletadas y paletadas de dinero, público y privado. Porque ya se sabe que para curar un cáncer eso de investigar es un dispendio. Lo mejor es ir a un buen restaurante de estos ilustres cocineros y luego, con la panza bien llena, rezar un rosario y encomendarse al anterior papa, el JP2, que hace unos milagritos muy monos.
