Hay responsabilidades institucionales que deberían estar al margen de la ideología política cuando se ejercen, sobre todo de los partidos políticos. Ya sé que es difícil, pero la historia nos ha demostrado que hay personas, a la derecha y a la izquierda, que pueden ejercer ciertas funciones por encima del partidismo y demostrar que su labor transciende a su condición política y responde a los más elementales valores democráticos y derechos humanos.
Todo esto viene porque afortunadamente la buena noticia es que ese Defensor del Pueblo que tenemos, Enrique Múgica Herzog, cumple su mandato el mes que viene y tiene que dejar de encabezar la institución. La mala noticia es que parece que el candidato que le va a suceder puede ser Francisco Vázquez –el candidato de la Iglesia--, el actual embajador español en la Santa Sede.
Éramos pocos y parió la abuela. De mal en peor. Desde luego, no mejora la situación en absoluto. Ambos el cesante y el posible entrante son, como no podía ser de otra manera pues es raro que no pertenezcan a ese partido, bien vistos por el Partido Popular y se necesita, para nombrar Defensor del Pueblo, mayoría cualificada.Esta institución que puso en todo lo alto un hombre de derechas, pero cabal y con un comportamiento adecuado, como fue Ruiz Jiménez hoy se encuentra en penumbra. Porque a esta institución hay que entrar sin esos prejuicios que tan bien explicaba el amigo Antonio. Múgica es alérgico a los nacionalismos, del vasco es enemigo acérrimo, y es un convencido sionista, y Vázquez, además de no creer tampoco en el Estado de las Autonomías es capaz de vender a su mejor amigo por tener una foto sonriendo con el papa. Y aquí nos encontramos.
Está a punto de producirse otro atropello de la famosa pinza, y es difícil de remediar. Creo sinceramente que se pueden encontrar mejores opciones, pero me temo lo peor. Hay personalidades que dan la talla. Para que no digan que propongo una persona de izquierdas. que las hay, voy a nombrar a dos de derechas. Uno Federico Mayor Zaragoza de quien recuerdo que ha sido ministro con UCD y parlamentario europeo. Ha demostrado en la Unicef ser un buen gestor e intentar conciliar posturas contrapuestas. Y el segundo, Eduando Punset, quien también fue ministro con UCD pero cuyo temple y talante le podrían hacer ser un candidato idóneo.
Pero parece que la suerte está echada y tendremos un Defensor del Pueblo con sabor a botafumeiro, con lo que todas las causas que se abran que tengan relación con la religión ya sabemos de qué lado caerán. Y si entran en colisión intereses autonómicos y centrales, más de lo mismo. Será otra oportunidad perdida, pero hace tiempo que Zapatero sólo piensa en sobrevivir y necesita la ayuda del PP y de la Iglesia.
Salud y República