Una Búsqueda Incesante

Una Búsqueda Incesante

«Inventamos una montaña de consumo superfluo y hay que tirar y vivir comprando y tirando y lo que estamos gastando es tiempo de vida, porque cuando yo compro algo, o tú, no lo compras con plata, lo compras con el tiempo de vida que tuviste que gastar para tener esa plata, pero con esa diferencia; la única cosa que no se puede comprar es la vida, la vida se gasta y es miserable gastar la vida, para perder libertad.»(José Mujica)

Según un estudio indica que las personas pasan aproximadamente ocho horas en sus celulares, ¿Y qué hacemos el resto del día? Bien, el resto del día trabajamos, comemos, platicamos, defecamos, vemos televisión, nos transportamos a nuestros destinos y si tenemos algo de suerte, hacemos algo por nosotros o por nuestros seres queridos, estamos tan “ocupados” que vivimos esperando a que llegue el fin de semana para salir con los amigos, ir a alguna fiesta, beber, ir a casa de la familia, un convivio o como mejor se le conoce una “conbebencia” y quizá ese fin de semana podamos reír, disfrutar, desestresarnos y díganme, ¿Podríamos llegar a viejos y decir “esperaba cada fin de semana para emborracharme, para irme de parranda? O quizá podríamos decir, aproveche cada maldito segundo de mi vida y encontré en ella que es lo que realmente importa.

¡Si! Aquello que realmente importa, como la sonrisa de tu hijo cuando llegas del trabajo, como la taza de café que tu mamá te prepara cuando la visitas o como aquella sonrisa que me regalaste tan bella, tan sincera, tan última.

Salgamos de este maldito lugar, si de este lugar llamado zona de confort, ¡Salgan!  Y miren lo que hay ahí fuera, maravillense, corran, escriban, pinten, hagamos arte, hagamos deporte, ayudemos a las personas, hagan algo, pero maldita sea no seamos unos esclavos insensibles del consumo de la vida. Aprovechemos cada segundo, devorémonos la vida, busquemos aquello que nos apasiona y no lo soltemos jamás.