«Una callada sombra» de Luis Sanz Irles

Novela entre lo policíaco, lo psicológico e incluso el Bildungsroman, cuya acción se sitúa en la España de 1975, en los estertores del franquismo, y concluye en 1990. A veces, la frontera entre la ideología y el fanatismo es tenue e insidiosa. Hay contextos históricos en los que algunos personajes dan pasos sin vuelta atrás mientras que otros consiguen escapar de la locura, aunque sea pagando un alto precio. En esos terrenos pantanosos, la ideología proporciona a veces coartadas para actitudes mezquinas y criminales: el integrismo revolucionario justifica el asesinato y una venganza por celos se camufla con una espuria ética política. En una trama de acción y de sospecha permanente, Una callada sombra cuenta la historia paralela de dos personajes crucificados por su momento histórico y cuyas vidas acaban convergiendo en un dramático final, único posible a una trama que mantiene atrapado al lector desde la primera página.

Editorial: Ediciones Alfar (2012)

Formato: Tapa blanda / Versión Kindle

Se acaba el año y me doy prisa por terminar de reseñar esos libros que puse en mi agenda y con los que he de reconocer que he disfrutado. No es una obligación; si lo fuera, me dedicaría a otra cosa. Los leo, los analizo y hasta los señalo. No escribo de memoria ni me baso en las críticas de terceros. Es un ejercicio de análisis introspectivo y... En fin, no aburriré a nadie con estas disquisiciones.

Me dispongo a llevar a cabo mi particular reseña de la novela Una callada sombra, del valenciano Luis Sanz Irles. Se trata, de uno de los títulos de la colección Otras Narrativas de la editorial Alfar, a la que me he aficionado. En mis manos calló la segunda edición. Suerte para una tercera. Nada que reprochar al estilo y corrección. El contenido, peculiar y hasta íntimo. Curioso y revelador.

Militar en un partido antifascista perteneciendo a la casta no era ejercicio común en los años oscuros y, sin embargo, Aníbal Coloma, influenciado por su hermanastro Celso, hace lo que puede para cumplir con las reglas del partido. No se hace referencia a este y cada cual que imagine, que para eso también sirve, y mucho, la literatura. El caso es que en una redada muchos son los que piensan que se ha producido un acto de traición y la desconfianza en tan peculiar contexto, exige una defensa o la muerte por traición. Estos últimos menesteres siempre son llevados a cabo por personajes deslustrados a los que nunca se les reconoce el mérito de limpiar lo que otros han ensuciado.

Pero no siempre se acomete con éxito la depuración explícita o, mejor dicho, esta no siempre resulta fácil e inmediata. Los cambios se suceden, los vientos políticos cambian de dirección, pero la inquina o las lealtades mal entendidas permanecen en el corazón arraigadas de tal forma que el tiempo puede convertirse en anécdota y el perdón en una merced que ni caduca ni vence.

Se trata de una novela de suspense con tintes políticos en la que el amor, la deslealtad y los recuerdos sirven de nexo para unir el principio y final de forma que el argumento termine simulando la morfología del uroboros, un círculo que debe cerrarse como todos comenzaremos a sospechar conforme nos vayamos acercando al final, o no...

Pajarogrifo, Navarro ¿quién será?, Faura, Nuria, Esteban, etc. serán necesarios para que lleguemos con esa ansia indefinida al duelo final, el mismo de cualquier western en el que uno de los pistoleros será más rápido que el otro o puede que incluso no haya duelo al sol.

Sanz Irles es un nómada que lleva la literatura en sus venas, y la pasea por todo el mundo. Infatigable peregrino, nos invita a buscarle y estudiarlo, y eso es lo que haremos cumplida la promesa de conocerlo, antes de nada, a través de las líneas que dibuja en el papel.

El resto de la reseña queda en suspenso. Es hora de leer.

Reseñado por Francisco Javier Torres Gómez

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