Revista Decoración
No podía resistirme a mostraros las imágenes de esta preciosa casa en la isla de Mayorca. El blanco es la seña de identidad de esta luminosa casa mallorquina. Con una distribución diáfana y ventanales que se asoman al mar, es un ejemplo de cómo lograr que el paisaje se transforme en elemento decorativo. La concepción del salón, el comedor y la cocina como un gran espacio diáfano permite que la luz circule libremente desde el ventanal de la terraza hasta la puerta de la entrada
La terraza en forma de L permitió organizar una zona de comedor en el jardín. Los muebles, en color blanco, se funden con el suelo y ceden el protagonismo al paisaje mediterráneo.
Via:Micasa