En un enclave privilegiado, entre el bosque y el mar Noruegos, encontramos esta casa de campo donde la calidad de sus materiales, el uso de los mismos y el cuidado por los detalles cobran gran relevancia, ya que son los responsables de que esta construcción resulte versátil y confortable, un lugar donde disfrutar y sentirse cómodo en todo momento.
Se construyó en 1980 y el estado actual que presenta es fruto de un planificado proyecto de rehabilitación llevado a cabo por la diseñadora de interiores Hilde Hauge, cuya intención fue plasmar serenidad y equilibrio entre las zonas de interior y las de exterior, persiguiendo unificar esa armonía que transmiten los bellos escenarios que rodean la casa.
Se trata de una de esas casas que cuentan historias, impregnadas de buenos recuerdos, con sabor del pasado. Un pasado conservado, a la vez que renovado, secreto que la hace tan especial, donde conviven lo antiguo y lo lo nuevo de forma estratégica, con notas retro y otras mas actuales, un mix de tendencias que enriquece los diferentes rincones de este hogar.
Se apostó por el uso de materiales naturales, como la madera, de hecho parte de estas son maderas envejecidas, muy presentes en la vivienda, tanto en mobiliario como en revestimientos utilizados en determinadas zonas. Confieren calidez, cierto aire romántico y engrandecen los espacios, e incluso su acabado desgastado es fiel reflejo de tendencias vintage aderezada con notas bucólicas, unas combinaciones que bien llevadas a cabo resultan de lo mas atractivas.
En la selección de suelos, detalles y elementos decorativos se prestó mucha atención, ya que de estos factores puede depender que una casa sea grandiosa o pase desapercibida. Las tonalidades neutras son las protagonistas de la mayor parte de los espacios, pero podemos observar ligeros contrastes cromáticos que guardan cierta concordancia y uniformidad. En el dormitorio arriesgan con un tono oscuro, un marrón chocolate viste sus paredes, mezclando pintura y papel pintado, transmitiendo confort, seguridad y personalidad, coordinado con elementos claros y suaves que llenan de pureza la estancia. Un lugar para desconectar y aislarse del exterior, una fortaleza pensada para el descanso.
De aires delicados, donde los elementos naturales y la sutilieza con que se han transformado los espacios cautivan cualquier mirada. Es la muestra de una casa planificada con gusto e ilusión, renovada, que ha sabido aunar las líneas clásicas con otras más actuales, ofreciendo estancias livianas, campestres y pensada para vivir y sentir.
¿Qué os parece la estética que presenta esta casita de campo? ¿Consideráis que su estilo se presta al entorno que la rodea?
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Muchos besos!!!
Fuente: 79 ideas.