Una celebración sin fiesta

Foto de portada por Ignacio Sanz

Habiendo rebasada la escandalosa cifra de los seis millones de desempleados, ante la inminente celebración, mañana, del denominado Día del trabajador, viendo lo calva que viene pintada la ocasión, no podemos dejar de pensar lo siguiente: a la vista de estas circunstancias, ¿Cuándo celebrar el Día del desempleo?

Frente a la del Día del Obrero, especie claramente en extinción. ¿Para cuando el Día del obrero? o de los “toreros”.

Porque eso es lo único que somos la mayoría de la población.

Ninguneados del mercado laboral y financiero y sentenciados a vivir de las sobras del sistema en vez de ganar un sueldo dignamente. Condenados a sobrevivir de malas maneras.

Esta es la entrada nueva de hoy a las 12h de la mañana. Breve, pero a la vez nos hará pensar.

Yo desde luego mañana no celebraré el Día del trabajador porque soy una de entre tantos jóvenes que no tenemos futuro aquí. Después de haber estado toda o parte de una vida entera estudiando. Con la ilusión de tener un hueco en las empresas. Pero ese sueño se ha ido al garete por culpa de está crisis que a muchos les conviene para seguir explotando y eliminar la clase media y que los ricos sean más ricos.

Breve entrada sí, es cierto. Pero en pocas palabras se puede decir muchas cosas. Y creo que no hace falta escribir demasiado para decir lo que todos ya conocemos.