Viernes, y un nuevo trabajo que mostraros por aquí... El de hoy, ligerito y raealizado para una de nuestras casas. Teníamos esta cesta de grandes dimensiones, muy útil, por tanto, para el fin que teníamos en mente, pero demasiado coloreada para nuestro gusto...
Solo teníamos que encontrar el momento de darle una manita de pintura, y éste llegó el último fin de semana que, por ser más largo, nos permitió llevar a cabo el proyecto con mucha tranquilidad. Lo cierto es que pintar el mimbre no tiene ninguna complicación pero, ir rellenando todos los huequitos sí resulta entretenido.
Necesitamos tres manos y, buena música de fondo...
Nos gustó el contraste entre el interior y el exterior y decidimos dejarlo así.
Os dijimos que teníamos un destino decidido de antemano para nuestra canasta...,
..., que no era otro que ser el depositario de los cojines de la cama de una de nuestras hijas, cuando cae la noche.
Era muy necesario buscarles un lugar de "reposo" nocturno, cualquier cosa con tal de evitar que fueran lanzados directamente al suelo...
En este rincón del dormitorio ha quedado colocado, cumpliendo su misión a la perfección y con mucho estilo, ¿no creéis?Estos arreglos sencillos y tan vistosos nos encantan, sobre todo porque, después de trabajar durante la semana en la oficina y el taller, pocas ganas nos quedan los fines de semana para nuestros proyectos personales... Por cierto,
¡FELIZ FIN DE SEMANA!