Mira que me gustan las chimeneas, pero reconozco que en casas de ciudad no son muy prácticas. Nunca tienes troncos, no sabes bien como encenderla, se te mete el humo en la casa... Así que, si has dado el paso de asumir que ya no utilizas tu chimenea puedes convertirla en una librería. La tapias por detrás con ladrillo visto, se pinta y colocas unas baldas. ¿No te parece una buena solución?
Fuente: Yvestown