Una circulación sanguínea deficiente puede significar serios problemas de salud
Los problemas circulatorios no comienzan de un día para el otro. En otras palabras, puedes considerar al corazón un órgano muy paciente, que puede acarrear años de abuso y cuando no puede aguantar más, rompe en síntomas tempranos.
En primer lugar, tenemos que recordar que la mala circulación es el resultado de ciertos estilos de vida que son perjudiciales para nuestra salud. Junto con estos, hay factores como la dieta desequilibrada y la falta de ejercicio físico. Todos estos factores llevan a depósitos grasos en las paredes arteriales, que al endurecerse se denominan placa. Esta placa luego bloquea o crea obstáculos para el paso fluido de la sangre hacia y desde el corazón.
Las placas toman un tiempo para formarse, esa es la razón por la cual encontramos que los problemas circulatorios afectan a los ancianos con más frecuencia de lo que afectan a los niños. Nuestros hábitos alimentarios también añaden a una insalubre acumulación de colesterol que puede aumentar la viscosidad de la sangre, que a su vez crea anomalías en el flujo a través de las arterias y las venas.
Dado que el sistema circulatorio cubre todo nuestro cuerpo, los problemas también se pueden manifestar de muchas maneras.
Nuestro cerebro, por ejemplo, recibe el 20 por ciento de la sangre que circula en nuestro cuerpo. Con una caída en el flujo, nuestras funciones cerebrales se reducen, resultando en una sensación de letargo, pérdida de la memoria, falta de claridad mental, inexplicables dolores de cabeza frecuentes y repentinos ataques de mareo.
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