Revista Sociedad

Una ciudad en el espacio

Publicado el 31 agosto 2013 por Juanmalcala
Una ciudad en el espacio
Tras la muerte de Natalia Pérez, la propietaria de los terrenos de La  Manzanera,  irrumpe una sociedad anónima como nueva promotora inmobiliaria. Las pautas iniciales de Taller de Arquitectura sobre el paisaje y los materiales vernáculos quedan atrás, olvidados para siempre. La empresa Palomar SA  encarga a Ricardo Bofill los proyectos para levantar dos edificios; uno de 18 y otro de 50 apartamentos. Así se gestaban los proyectos bautizados como Xanadú y La Muralla Roja.
Xanadú es, para nosotros, quizás el edificio más sorprendente y enigmático de La Manzanera; "supuso —según la página web de Ricardo Bofillun  prototipo experimental para la aplicación de una metodología para la teoría de una “ciudad jardín en el espacio” desarrollada por el equipo,  y debe ser interpretado como uno de los muchos elementos de interconexión". La idea de la ciudad en el espacio es  una propuesta arquitectónica y habitacional del Taller de Arquitectura para un barrio obrero de Madrid (Moratalaz) que finalmente se quedó solo en una audaz maqueta y en una idea sin ejecutar pero que suscitaría nuevas reflexiones y posibilitaría el desarrollo de proyectos como Xanadú.

Una ciudad en el espacio

Maqueta de la Ciudad en el Espacio, propuesta de viviendas para un barrio obrero (Moratalaz)


"El castillo, —continua la explicación de la web— fue el punto de referencia del edificio, evolucionado hasta convertirse en una configuración inspirada en el cercano Peñón de Ifach. Cada apartamento se compone de tres cubos correspondientes al espacio de salón-estar, dormitorios y zona de servicios. Estos tres cubos se agrupan en torno al eje vertical de la escalera, que les sirve de apoyo. Los cubos vertebran la circulación  determinada sobre una trama ortogonal, que se rompe para satisfacer las necesidades particulares del programa: en este caso, terrazas internas protegidas para evitar el intenso calor, los techos hiperbólicos para ofrecer mejores vistas, y la adaptación a las técnicas de construcción local". 
Una ciudad en el espacio

"No se dibujaron planos ni elevaciones durante la construcción, pero cada unidad presenta  aperturas en las paredes exteriores colocadas en función de la orientación, de las necesidades de luz, de las colocación de los extractores de cocina, de los ventiladores, de la privacidad y de los puntos de conexión, y se situaron tras el análisis diagramático del modelo sobre los planos de estructura. La rígida geometría del cubo, la base de la estructura inicial, se fracturó en los ángulos exteriores con el fin de crear una fachada irregular con una espectacular interacción de luces y sombras y múltiples vistas sobre el paisaje".

Una ciudad en el espacio

A nosotros, al margen de las explicaciones de su autor sobre la génesis del proyecto, Xanadú siempre nos ha parecido un árbol. Un gran árbol en el que se han colocado viviendas en algunas de las ramas. Un edificio mimetizado en árbol. Un árbol de hormigón, pintado de verde, para vivir, asomado al acantilado como un gigante cúbico que quiere competir con el Peñón de Ifach como elemento iconográfico de Calpe. Desde abajo parece la obra de un loco, un ejercicio arquitectónico, si pudiera calificarse en términos ideológicos, anarcocomunista, aunque Bofill era, realmente, un librepensador; lejos quedaba su militancia o sus escarceos con el PSUC. Mientras se proyectaban los 18 apartameantos del Xanadú, Europa encaraba un vuelco casi total en los valores personales y políticos. El mayo francés y la primavera de Praga cambiarían radicalmente nuestra concepción del mundo. El pasado había muerto.  Había que construir un planeta nuevo.  Y así, como la consigna del 68, Xanadú parecía decir: "Olvidad todo lo que habéis aprendido, empezad a soñar”.


Una ciudad en el espacio

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Una ciudad en el espacio

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Una ciudad en el espacio

Una ciudad en el espacio

Una ciudad en el espacio

Bien lo sabe el poeta. La brisa le trae a  José Agustín Goytisolo el olor a sal de mares muertos frente a antiguas ciudades; ahí, en el Xanadú, cruza pasillos y atalaya el tiempo. La ensoñación no cesará hasta que amaine el viento y el escritor perciba, tras la sombra fantasmal del Peñón, las luces de las barcas que han salido a pescar en un  mar tranquilo. ¡No penséis que todo fue un mal sueño! ¡Estad alerta!

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