ES HUMOR Y SÁTIRA
A continuación, una clase de Secundaria en España, en el año 1990 para que sepais los jóvenes cómo era la cosa. En aquel entonces las clases eran todas hetero-patriarcales y no se enseñaba ¡ni se conocía siquiera! el lenguaje político que debemos todos utilizar. En fin, no sé ni cómo sobrevivimos. Sobre todo cuando el profesor era como Don Francisco:
Desde el inicio del asentamiento español en América, se crearon leyes para la protección de los habitantes indígenas, las primeras de la historia. Esto fue algo inaudito. Se otorgaba el estatus y los derechos de súbdito como si fueran señores de Valladolid o Sevilla, a hijos de satán que aún nos tiraban flechas con veneno y a los que había que quitar los cuchillos de obsidiana para que no la liaran en su templo. El argumento de los filósofos españoles, «todos somos hijos de Dios» fue la semilla de lo que se llamaría «cultura de los derechos humanos» en siglos posteriores….¿Sí, Jorge?
-Qué significa inaudito?
-Don Francisco, molesto por la interpelación cuando se sentía inspirado, le espeta: ¿Inaudito? Mira que eres ignorante. ¿Es que no sale la palabra inaudito en esos tebeos de los Vengadores que leeis hasta en el recreo? Que ya teneis catorce años, cojones. Bueno, inaudito aquí significa: que sorprende o asombra. Jorge, intenta completar la frase: «Me parece inaudito…»
«Me parece inaudito…Lo que me crece el pito.
Muy bien. Carlos, puedes rehacer la frase de Jorge reemplazando «inaudito»?
Lo intentaré, Don Francisco. «No puedo creer lo que llega a crecer.»
Sin haberlo preparado… Os salió un pareado. Señorita Jennifer, ¿sabría usted formar también pareado?
¡Lo intentaré, profesor! «Sí que la tiene grande, desde los huevos al glande.»
Gracias por su aportación Jennifer. Sigamos pues, con las Leyes de Indias. Este cuerpo legislativo, que a partir de la Reina Isabel intenta garantizar que los indígenas americanos conserven sus tierras y no puedan ser esclavizados o tratados de forma diferente a los españoles, es el comienzo como decimos de la construcción de la cultura de los Derechos y Deberes de la Humanidad. ¿Qué podeis decir sobre este tema? ¿Roberto?
Que hubo un tiempo en que las mujeres pensaban de manera inteligente, y promovían cosas buenas, como la reina Isabel.
Pues sí, es una manera de verlo. Si bien ese tiempo no es tan lejano ni periclitado como podriais imaginar. Todavía en el siglo XX, aparecen señoras con dos dedos de frente: como Clara Campoamor en España o en la actualidad Margaret Thatcher en Reino Unido, o Benazir Bhutto en Pakistán.
O Madonna, aporta una muchacha.
Levanta la mano, Manuela, si quieres participar. Respeta las normas-advierte el profesor. Madonna es inteligente, pero es una creída y una zorra; dime mejor otra.
Kylie Minogue.
¿La australiana salerosa? Se acepta.
¡Marta Sánchez!
¡Se acepta también! Sí que parece tener dos dedos de frente, y dos tetas que son referente.
¡Pendejos! ¡La mejor es Thalía!
Ya habló el puto mejicano -espeta un chico con grandes orejas al pequeño que acaba de interrumpir al profesor-. ¿No estás en España ahora? Pues tienes que poner la frente y las tetas de Marta Sánchez por encima de las de Thalía! ¡Deja de ver Galavisión! ¡Aprende a comer sin picante!
¡Wfamm! El profesor manda callar a ambos con un golpe por sorpresa en su escritorio. Estais los dos sin recreo, por levantar la voz y no la mano para participar. Vaya, fueron a quejarse los dos más gandules. Arreglad ya vuestros problemas en la calle, como hombres; en el recreo resolvereis los de matemáticas. Además, el mejicano tiene razón, y Thalía también es talentosa y con buenos pechos. Es bueno que Marta Sánchez tenga competencia.
No me llamo «mejicano» profesor. Me llamo Edgar. Edgar Gajo.
Lo sé, lo sé; por eso te llamamos el mejicano; es un favor. Para mañana quiero que busqueis en la enciclopedia la reseña de diez mujeres con dos dedos de frente. Apuntadlo todos en la agenda. Incluyendo a Isabel la Católica, Clara Campoamor, Thatcher y Bhutto. Y ahora, a leer en silencio el tema de las Leyes de Indias a ver si nos da tiempo a hacer el comentario en clase. Luis.
¿Qué ocurre Don Francisco?
Luis… ¿Qué hemos dicho de traer revistas guarras a clase? ¿Es que crees que no te veo? Apunta en la agenda que quiero que venga tu padre o madre a mi tutoría mañana a las dos.
¿Por qué, Don Francisco? Ya he guardado la revista, no la traeré más. No llame a mis padres, por favor
Mañana los espero; tengo que hablarles de tus notas. Que también quiero conocerlos, hombre; para ver si eres un mierda seca por contagio o lo has heredado.
¡No me llame mierda seca! ¡Se está pasando!
Cuando saqueis las notas que dan para pasar al bachiller os dejaré de llamar así. Hasta entonces, sois mierdicas secas. Y yo también, si no terminais el curso con al menos aprobado con lo fácil que es el temario. ¿No os da apuro que Juan, teniendo síndrome de Down, lleve todo aprobado? Ahora a leer y a callar hasta las una menos veinte.
Señor Don Francisco
Así me gusta, que levanteis la mano para pedir hablar. ¿Qué ocurre Juan?
Que yo no tengo el síndrome de Down, que es que mi madre es del norte de China. Ni siquiera me llamo Juan: es el nombre español que me puso mamá para la escuela.
Disculpa Juan, Jackie Chan o como te llames; como eres nuevo aún no me leí tu expediente. Te asciendo entonces a mierda seca.*
En ese momento, se materializa en el aula una mujer joven, de cabello lacio y blanco como la nieve con mechas magenta. Viste una pieza ajustada, que llamativamente cambia de color y motivos continuamente.
¿Quién o qué es usted? pregunta el profesor sorprendido. ¿Vosotros la veis como yo?
Sí, sí, exclaman alarmados algunos mierdas secas.
No se alarmen. Fíjense que hablo español, soy persona civilizada. Vengo del presente, que actualmente alcanza el año 2064. Estamos recolectando humanos no modificados de un universo paralelo, el suyo; para nutrir una colonia en Venus.
Pero si Venus es un infierno de volcanes, gases tóxicos y temperaturas superficiales de cientos de grados.
Qué va, allí se está bien. Hay que vivir bajo tierra, en grandes cavernas, pero hay enormes recursos de metales que ya no se encuentran en nuestra Tierra paralela. Todo el trabajo lo hacen los robots, queremos humanos para crear colonias humanas por sí un meteoro vuelve a golpear el planeta y no lo contamos. En la colonia habrá piscina climatizada, jardines, música underground, spa, gimnasio y salas de realidad virtual. Pero sólo aceptamos chicas; los chicos irán a otra colonia en Marte. No queremos problemas reproductivos de momento.
Llévate a Rosa! Llevate a Rosa! -solicita Sonia, que está encaprichada de su novio al que ya le ha dejado meterle mano- Ella encajará muy bien en ese mundo para lelos.
La candidata Rosa puede venir conmigo; pero antes, tiene que pasar un pequeño test para evaluar la suerte que tiene Rosa. En el siglo XXI ya no seleccionamos por mérito, inteligencia o ganas de trabajar; sino por suerte, que es lo único que no se puede falsear en el currículo o descargarlo de la red al cerebro. Es un requisito imprescindible.
De acuerdo, dice la muchacha; que en realidad pensaba que era todo cosa del programa de cámara cándida de la tele; y que en un minuto saldría el presentador de la puerta del baño.
Bien Rosa: mira bien la imagen láser que estoy proyectando sobre la pared, con artistas musicales mundialmente conocidos en vuestro presente del año 1990. Sólo una de estas estrellas seguirá en la brecha en 2020 haciendo conciertos; todas las demás llevarán años muertas por la droga o los excesos. Si aciertas cual vivirá para contarlo, la plaza en la colonia de Venus es tuya.
No les diré si Rosa acertó o no. ¿Qué creen ustedes que pasó?
*Este apodo de mierdas secas como forma de llamar a los alumnos, es la única anécdota real del texto. El profesor que hacía esto, al jubilarse, recibió un gran ramo de flores con la etiqueta: «de tus mierdas secas».