Estaréis de acuerdo en que existen lugares por los que estaríamos estaríamos dispuestos, al menos por un momento, a olvidarnos del resto del mundo...
Esto, es lo primero que pensé cuando me tropecé con esta bonita cocina... Ya sabéis que tengo especial predilección por ellas y que mi sueño es llegar a ser propietaria de una de grandes dimensiones, con baldosas a juego de damas, y ya puestos a pedir, que me permitiera disponer de una gran isla central, de una chimenea y que fuera muy abierta, sin puertas ni barreras estructurales, totalmente integrada con la zona de comedor y con un espacio independiente para una despensa en la que reine el orden más absoluto...
Por pedir que no quede, ¿no? ¡los sueños son gratis y son los que nos permiten mantener viva la ilusión cada día!...
El caso es que, esta cocina que os muestro hoy, no cumple casi con ninguna de las premisas de mi cocina ideal, pero tiene un noseque y un nosecuantas que me llama poderosamente la atención. Así que, haciendo una excepción muy grande, y un esfuerzo muy pequeño, estaría dispuesta a hacer uso de ella, sólo, y repito, sólo, mientras espero la llegada de la cocina de mis sueños...
Probablemente, pensaréis que, esta cocina, no contiene nada especialmente destacable que os haya sorprendido o que la diferencie sustancialmente de otras cocinas que hayáis visto.
Seguro, que las hay muchísimo más caras, muchísimo más bonitas y mejor decoradas, pero esta, forma un CONJUNTO tan encantador y agradable, que invita a quedarse...
Pero esta, tal vez, sea la mejor demostración de que, con elementos sencillos, podemos dar un giro muy positivo a cualquier rincón y convertirlo en un espacio, donde nos sintamos realmente a gusto... ¿No es eso al fin y al cabo lo más importante?
Fuera focos deslumbrantes que resten calidez y apuesta segura por lámparas de techo, como esta, de tendencia RETRO-VINTAGE, al menos como complemento a los downlights para crear ambientes diferentes y más suaves, según la ocasión...
Elementos a la vista, ¿por qué empeñarnos en ocultar en armarios la vajilla y esos utensilios con encanto que tanto nos esforzamos en encontrar?Toques de color atrevidos y divertidos.
La calidez de la madera en el sueño y el papel pintado en las paredes... Ambos no tienen porque ser incompatibles con un lugar donde se vive con intensidad, si se colocan, en el lugar adecuado.
Y mucho, mucho mimo con los detalles, a través de plantas, velas y cosas bonitas, que pongan tú sello personal...
¡FELIZ DÍA!
Fuente: My Scandinavian Home