La cómoda es lo último que nos quedaba por redecorar del dormitorio de Reyes. De grandes dimensiones (y mayor peso...), como podéis ver en la foto, ha dado su trabajo...
Ese difícil barniz había que quitarlo, así que cargamos con la cómoda hasta el jardín trasero, para darle con la lijadora a toda la superficie.
Y vuelta a cargar con ella hasta el taller, donde por fin la pintaríamos, previa imprimación. Este es el aspecto de nuestro pequeño lugar de trabajo, invadido por el mueble, los cajones a un lado y, si os fijáis bien, el espejo apoyado. ¡Todo a medio hacer y barnizar!
Pero, finalmente el esfuerzo mereció la pena. Quedó así de lustrosa, y tan blanca y elegante como su dueña nos requirió.
Mirad el conjunto completo; realmente el cambio de estilo es notorio, y estamos seguras de que Reyes va a estar muy contenta con su decisión de renovar su clásico dormitorio.
Hemos aprovechado esta superficie tan blanca para montar, provisionalmente, nuestro pequeño Misterio y, poco a poco, la decoración navideña va llegando a nuestro taller, que ya era hora.
Nos vemos el lunes, que disfrutéis mucho.
¡FELIZ FIN DE SEMANA!