Erase una vez una hermosa pareja, sus nombres eran: El Amor y La Felicidad, ambos siempre iban de la mano, acompañados de sus mejores amigos: La Lealtad y El Compromiso. Estos vivieron felices por muchos siglos, hasta que un día de desasosiego y miseria, La Felicidad tuvo un disgusto con El Amor, y esto la llevó a transitar por un puente amplio y extenso al que llamaban “El Camino de la Duda”. Durante su paseo por allí, La Felicidad se cuestionó sobre si de verdad ella era tan grande y prospera gracias al Amor, quién no solo le mostró quienes eran La Lealtad y El Compromiso, sino que le enseñó a valorar a los demás por como son, la importancia de La Humildad, La Bondad y que un mundo donde no coexistan ellos como un complemento, sería un mundo perdido. El conflicto entre ellos surgió cuando La Felicidad le comentó Al Amor, que un día camino a casa, conoció a alguien a quien llamaban El Odio y este le presentó a sus hijas: La Codicia y La infidelidad. Estos le dibujaron un mundo diferente, diciéndoles que esos Lealtad y Compromiso solo eran aprovechados que se aliaron junto con El Amor para hacerle una trampa y no dejar que ella jamás se les alejara, porque estaban celosos de que La Felicidad era autónoma y podía irradiar aun sin ellos, que podía incluso ser más poderosa con mejores compañeros de vida. Fue así como La Felicidad dio un paseo muy largo por “El Camino de la Duda”, dándose golpes de pecho por haberse peleado con El Amor y entonces se detuvo para dar marcha atrás, pero cuando vio a su alrededor, no podía distinguir donde estaba. Había una oscuridad sombría, pero de pronto sintió que la halaron, era La Codicia, con una sonrisa de satisfacción que no podía disimular, pues sabía que tarde o temprano La Felicidad caería en su red. Fue así como La Felicidad, tal como lo había planeado El Odio, se perdió por “El Camino de la Duda “, cayó en las redes de La Codicia, y ésta le presentó a sus mejores amigos: El Interés y El Dinero. Desde entonces La Felicidad ya no era la misma, sentía que los pequeños detalles y las cosas que El Amor hacía por ella ya no le eran suficientes, en cambio el Interés y El Dinero le ofrecieron un mejor hogar, mejor vestimenta, salidas caras, artefactos de lujo, que con El Amor nunca conoció y esto la hizo más unida Al Interés, siendo El Dinero su cruel cómplice. Poco a poco, La Felicidad se olvidó de que El Amor la estaba esperando, se olvidó de quién era y gracias a quien existía, y mientras ella seguía distraída en su mundo de lujos, un día de desdicha El Odio y la Infidelidad emboscaron a La Lealtad y El Compromiso y los asesinaron. El día que La Felicidad se dio cuenta de que La Lealtad y El Compromiso se esfumaron, se sintió devastada y El Dinero le recordó que podía contar con La Infidelidad y El Interés para consolarse, mientras que él le prometió comprar para ella todo lo que quisiera. Así, La Infidelidad desterró La Lealtad y El Compromiso del mundo con ayuda del Odio, El Dinero Compró a La Felicidad y el interés abrazaba su interior, mientras que El Amor yacía solo, cada vez más débil y moribundo, pues sin La Felicidad no era nada y no tenía ni La Lealtad y El Compromiso para que lo consolaran. Salió entonces El Amor, en busca de La Felicidad, reuniendo todo su valor y fuerza, pero estaba tan débil que cayó de rodillas y justo cuando pensó que no podría ponerse de pié, un aura llena de bondad lo hizo levantarse, era La Amistad. Esta le aconsejó que nunca se rindiera que si lo que quería era volver a tener a La Felicidad de su lado podía contar con ella para encontrarla. Y entonces, El Amor y La Amistad emprendieron su viaje en busca de La Felicidad.
Cuando cayó la noche, El Amor agotado se quedó dormido y La Amistad lo resguardó y protegió. El Odio los observaba a lo lejos, y sintió envidia de que El Amor conociera a La Amistad y entonces encomendó a su otro hijo: El Engaño a acabar con aquella complicidad. Fue entonces cuando aquella noche, El Engaño se acercó a La Amistad mientras El Amor dormía, y le preguntó: ¿Que le sucede a tu amigo?… La Amistad contestó: Se siente débil porque La Felicidad se le extravió y no encuentra el camino hacia ella, y yo me siento muy triste porque no se como darle más fuerzas… A lo que El Engaño le ofreció una poción que la haría tan fuerte que podía ayudar a su amigo El Amor. La Amistad cayó en la trampa del Engaño y se bebió enterita La poción de La Mentira, lo que la convirtió en La Hipocresía. Al amanecer, El Amor despertó y vio a su lado a La Hipocresía disfrazada aun de La Amistad y esta lo convenció de tomar a sorbos en cada paso de su camino otra poción que le dio El Engaño: La Poción del Desamor, haciéndolo cada vez más débil.
Dos días después, El Amor despertó solo, en un lugar frió y triste, La Hipocresía lo abandonó en el agujero del Hastío. El Interés indignado porque La Hipocresía y El Engaño no tuvieron la suficiente fuerza para acabar con El Amor, se aprovechó de la decadencia en la que éste se encontraba , por lo que planeó acercársele disfrazado del Engaño y le pregunto: ¿Porqué tan solo?, y El Amor le contestó: La Felicidad me abandonó cuando La Codicia le mostró lo que El Dinero podía ofrecerle y lo bien que se sentía con la compañía de la infidelidad, entonces dejó de amarme, al parecer también llevó consigo La Lealtad y El Compromiso que un día le presenté y se las entregó Al Interés y Al Dinero, y por si fuera poco creí en las palabras de La Amistad, quien al final resultó ser pura Hipocresía. El Interés tras la mascara del engaño le dio de beber al Amor otra poción, prometiéndole que una ves se la tomara, todo mejoraría. Fue así como El Amor contrariado por el Engaño en manos del Interés se bebió un caudal hacia los brazos de La Muerte. Entonces el interés aquel día pudo más que El Amor y lo desapareció del mundo. Cuando La Felicidad se dio cuenta que El Amor también se había esfumado, sintió un gran vacio con sabor a culpa y El Interés le dijo que estuviera tranquila, que su buen amigo El Dinero le compraría una mejor compañía. Al pasar el tiempo, La Felicidad se aburrió de los lujos, pues solo eran rayitos fugaces de buenos momentos, por lo que más añoraba El Amor, quien hacia de cada instante único y cada detalle mágico, fue entonces cuando El Dinero le ofreció como compañía: La Tentación y esta la acompañó por mucho tiempo, pero La Felicidad tarde se dio cuenta de que ni con todo lo que El Dinero pudo comprar, ni con la compañía de La Tentación pudo llenar el vacio que El Amor había dejado en ella.
Cuando La Felicidad se enteró de que El Odio y la Infidelidad eran los responsables de que La Lealtad y El Compromiso se esfumaran, que El interés Mató al Amor , se los reprochó y exigió al Dinero que se los comprara de vuelta, bajo la premisa de que éste había prometido comprarle todo lo que ella quisiera. Fue entonces cuando El Interés se disculpó, le dijo que estuviera tranquila, que su buen amigo El Dinero había comprado un lugar donde pronto se reuniría con todos ellos. Entonces La Felicidad, muy tarde conoció al otro amigo del Dinero y El Interés: El Engaño, este la tomó de la mano y la condujo hacia una colina, donde estaba un castillo muy oscuro, que estaba justo al borde de un abismo al que llamaban: La Locura. El engaño encerró entonces a La Felicidad, acompañada de todos los lujos que El Dinero pudo comprar y El Interés aplaudió, con solo una compañera fiel a la espera del Amor: La Adicción. Entonces La Felicidad vivió largo tiempo al borde de La Locura, al cuidado de La Adicción y El Amor jamás llegó, tampoco lo hizo La Lealtad , ni mucho menos El Compromiso, mientras la consumía La Adicción. Una amarga noche, La Felicidad al ya no tener más fuerzas tras vivir sin El Amor, le hizo caso a su fiel compañera La Adicción, y se bebió completa la una botella de la Infelicidad y terminó por rendirse en los brazos de la despiadada Muerte. Fue así como El Odio, con ayuda de sus hijos, sus amigos El Interés y El Dinero separó a La Felicidad del Amor, asesinándolos finalmente. El Odio se sintió victorioso, poco a poco todos olvidaron que era El Amor y que era La Felicidad, quera La Lealtad y que era El Compromiso, y se dieron cuenta que Lo que quedó de La Amistad era solo Hipocresía. Mientras El Interés de la mano del Dinero empezó a dominar el mundo, con la ayuda de La Codicia, El Engaño, La Hipocresía ,La Infidelidad y La Tentación, tal y como se los prometió el Odio en su trato. Como compensación al vacío que yacía en el mundo sin la presencia del Amor y la Felicidad, La Tentación ofreció El Sexo por Placer, la Lujuria Clandestina y el sexo por Dinero.
Después que se extinguió El Amor y La Felicidad y con ellos muchos sentimientos bondadosos del Mundo, desde el cielo descendió una luz resplandeciente, que llegó decidida a quedarse para siempre, proponiendo ser la última en perderse, a pesar de que todos sus amigos se habían muerto era: Un Rayito de Esperanza. Entonces Rayito de Esperanza se alojó en cada corazón y diariamente iba irradiando unas chispitas: una de Lealtad, otra de Compromiso, una de Bondad, otra de Amistad, una de Felicidad y por último otra un poco más grande, la chispa del Amor.
Cuenta la leyenda que La Felicidad y El Amor, Junto con sus buenos amigos, crecen poquito a poco en cada ser, y esperan ser encontrados, pero el Odio fastidiado e indignado pobló también a la tierra de un fantasma que acecha fortaleciendo a los suyos e impidiendo que La Felicidad, El Amor y sus amigos sean encontrados: El Fantasma del Miedo. Por tal razón con la predominación del Interés, La Codicia, El Engaño, La Hipocresía, La Infidelidad, y la Tentación en el mundo, El Miedo acecha a cada el que intenta encontrar el camino a La Felicidad y El Amor, dificultando y haciendo menos visible el camino, tendiendo trampas para que estos caigan en manos del Engaño, o tal vez en la red de La Codicia, en la seducción de La Tentación, en las garras de la Hipocresía o La Infidelidad y por si fuera poco sean encandilados por los lujos del Interés. Pero Un Rayito de Esperanza sigue titilando en cada corazón, animando a que El Amor y La Felicidad vuelvan a reunirse, que La Lealtad y El Compromiso renazcan, La Amistad venza a La Hipocresía y todos vuelvan a purificar la tierra, y para lograrlo, tiene su confianza puesta en una aliada muy útil y necesaria, una heroína que tarde o temprano tiene que armarse de valor para salvar al mundo, la muy costosa: Voluntad.