Revista Coaching

Una cuestión de familia.

Por Juan Carlos Valda @grandespymes

Una cuestión de familia.La situación por la que deben atravesar las empresas familiares y la posibilidad de obtener soluciones que alienten la faz productiva y de la eficiencia, fueron los temas que abordó la especialista Susana Silvestre, durante la jornada promovida en nuestro Medio por la sucursal local del Banco Credicoop.

En la filial local del Banco Credicoop se llevó a cabo una charla en la que una especialista, se refirió a los puntos más sobresalientes respecto al desarrollo de las empresas familiares.

La disertación estuvo a cargo de Susana Silvestre, quien es psicopedagoga y psicóloga social, con una vasta experiencia en este tema.

En diálogo con “EL DEBATE”, Silvestre sostuvo que “en algún momento se hace imprescindible, trabajar en las cuestiones que tienen que ver con la dirección que toman las empresas de familia, las cuales por lo general, necesitan de una modernización y profesionalización”.

La especialista remarcó que “profesionalización, no significa despersonalización”, es decir que la impronta que posee una empresa familiar y que tal vez eso mismo se consolidó como un valor agregado en el éxito de las misma, no tiene porque variar.

Silvestre dijo que “se necesita profesionalizar, ya que la empresa muchas veces no logra aprovecharse de algunos factores, y debe hacerlo para ser mejor y más eficiente”.

Delegar tareas
Acerca de la dificultad que muchas veces en las empresas familiares significa delegar, Silvestre destacó que “en algún momento todo emprendedor se ve en la necesidad de delegar alguna tarea. Los tiempos y posibilidades de encargarse de todo se van acotando por lo que necesita asistentes y colaboradores. Al principio del emprendimiento el “dueño del negocio” realiza acciones tan diversas como la del desarrollo del producto, la recepción de llamados telefónicos, los depósitos bancarios, el rastreo de posibles proveedores, las reuniones con futuros clientes y la compra y preparación del café.

Estamos ahora en otro momento del proyecto. Pasó el tiempo inicial y comienza la etapa en la que se impone elegir quiénes se encargarán de realizar algunas tareas.

Los iniciadores/ emprendedores tienen que empezar a “soltar” y a compartir su negocio para que sean otros los que también se ocupen del desa-rrollo y crecimiento y esto no siempre es sencillo y fácil de hacer. De alguna manera el modo en que se resuelva este dilema nos dará un lineamiento de cómo será el desarrollo futuro de la empresa”.

Ventajas y desventajas
Durante su alocución, la disertante señaló que “una de las mayores ventajas con que cuentan las empresas familiares es la fidelidad y compromiso de sus integrantes: el nombre y la familia están implicados en el proyecto. Pero este mismo valor puede resultar una desventaja cuando no se regula de manera adecuada la tensión que siempre existe entre Empresa y Familia”.

Añadió que “hay intereses y objetivos que muchas veces se oponen y entran en conflicto. Una vez aceptado este hecho, es posible regular la conflictividad atendiendo a las situaciones que pueden aumentarla o disminuirla”.

Hacia dónde
Cuando se empieza a pensar en el destino de la empresa; variados y legítimos son los intereses y deseos que están en juego, como por ejemplo la rentabilidad de la empresa, el dinero de la familia, la proyección personal, la historia familiar, por nombrar sólo algunos.

“Las decisiones que se tomen en este momento influirán en la empresa como organización comercial y en la vida laboral y personal de todos aquellos que de una u otra manera estén involucrados con ella. También tendrán incidencia en el destino de los vínculos familiares”, explicó.

Las generaciones
El pasaje de una generación a otra comienza con el contacto de los hijos con la empresa- a veces a temprana edad- y es un proceso en el que tanto padres como hijos y durante un tiempo prolongado, piensan en la empresa y en  los distintos roles o funciones que podría ocupar cada uno en ella.

“La posibilidad de concretar ese pasaje estará viabilizada por la forma en que puedan regular y lograr consenso en los intereses”, puntualizó Silvestre.

La definición
Una empresa familiar es aquélla empresa en la que el capital y, en su caso, la gestión y/o el gobierno están en manos de una o más familias, que tienen la capacidad de ejercer sobre ella una influencia suficiente para controlarla, y cuya visión estratégica incluye el propósito de darle continuidad en manos de la siguiente generación familiar.

Carece de trascendencia, por consiguiente, el tamaño de la empresa, que puede ser tanto una pyme como una gran corporación, así como la forma de la misma, que abarca tanto a las empresas individuales como a las organizadas como sociedad.

Lo realmente decisivo a la hora de calificar una empresa como familiar son dos cosas: una, la capacidad de control –político- que sobre la misma puedan ejercer una o varias familias (empresa unifamiliar o multifamiliar, según el caso); dos, el deseo de los propietarios de que la empresa continúe en manos de la propia familia mediante la incorporación de la siguiente generación familiar a la propiedad y, en su caso, a la gestión y/o al gobierno de la misma. Incorporación, que cuando se planifica adecuadamente, se lleva a cabo mediante la implantación de un protocolo familiar.

Fuente http://www.eldebate.com.ar/despliegue.php?idnoticia=33743

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