Revista Cine

Una cuestión de tiempo

Publicado el 20 octubre 2013 por Spiderman @cineylibertad

una-cuestion-de-tiempo-validaLa comedia de calidad parece que está reñida con los autores de los últimos años, que buscan el chiste fácil. Sin embargo, este año hemos podido disfrutar de otro estilo de comedias como El Cuarteto de Dustin Hoffman, Llévame a la luna de Pascal Chaumeil y la cinta que nos disponemos a analizar.

 
Tim es un chico tímido, desafortunado en amores. Él mantiene una estrecha relación con su padre, que le explica que los varones de la familia tienen la capacidad de viajar al pasado y corregir pequeños errores, siempre que se cumplan unas determinadas reglas.

 
Las películas de viajes en el tiempo han sido utilizadas para contar historias en diversos géneros como el de la ciencia ficción, el drama, las aventuras o, en este caso, el de la comedia romántica. Una cuestión de tiempo (2013) ha sido dirigida por Richard Curtis, que ha firmado los guiones de Cuatro bodas y un funeral, Notting Hill, así como ha escrito varios episodios de la serie Mr. Bean, aunque como cineasta fracasó con Love Actually, pero con esta película nos ha maravillado a todos. En declaraciones a Fotogramas defendió su producto del siguiente modo: “Estamos ante una historia en el fondo sencilla. La escusa del viaje en el tiempo sirve para ser todavía más realista en como mostrar a los personajes lo que sienten. Lo de la máquina del tiempo es una forma de contar un cuento de hadas, pero la clave se encuentra en no obsesionarse con lo que pudiste hacer y si con lo que has hecho y vives cada día. Vive el presente y no te preocupes: el viaje en el tiempo es levantarse cada mañana y vivir ese día”. La verdad es que este es su mejor trabajo con diferencia, por su capacidad no sólo para entretener y divertir, sino para hacernos reflexionar, combinando con maestría escenas simpatiquísimas con otras más profundas que puede hacer soltar alguna que otra lágrima. El referente cinematográfico con la que guarda ciertos paralelismos es, sin duda, Atrapado en el tiempo, aunque con matices distintos. El buen montaje y la pegadiza banda sonora hacen el resto.

 
El realizador ha mezclado a actores menos conocidos como Domhnall Glesson que está muy convincente con intérpretes de mayor entidad como Rachel McAdams, que se está convirtiendo en la reina de la comedia y Bill Nighy, que llegará a ser uno de los grandes padres de la historia del cine por su sencillez y por su amor a los libros y la literatura. Finalmente, el secundario de lujo es Richard Cordery, que es el tío de Tim, cuyas breves intervenciones harán las delicias de los espectadores. Desde luego, su personaje nos parece memorable.

 
La cinta refleja a la familia como el lugar donde refugiarse para sentirse comprendido y más seguro. El autor ha querido mostrarnos que tenemos que intentar alcanzar la felicidad en lo cotidiano, en el día a día, aceptando los reveses que nos da la vida, porque de una crisis se sale fortalecido. Por otra parte, se apuesta por el matrimonio, la fidelidad y la maternidad como recetas para aumentar el bienestar personal. Por último, ese toque mágico sirve para de algún modo realzar el largometraje con la idea de que sepamos apreciar lo que tenemos (publicado en Paginasdigital)


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