Revista América Latina

Una cuestión de vibración

Publicado el 18 diciembre 2018 por Apgrafic

¿Cómo se llega a ser lo que se es?, pensó Nietzsche. ¿Cómo es que todo se encamina para ese estadío; de ser, estar y hacer? La pregunta sería, ¿quién lo hace? ¿son nuestros pasos, son nuestros errores o es acaso nuestro destino?

Encontrar su lugar
Juan Luis Pereira del Mar (Lima, 1949) es un ser de mucha luz, tranquilidad y energía. Productor, compositor, arreglista y voz principal de El Polen. Hippie eterno y luthier también. Aprendió a tocar guitarra con el disco de los Ventures y los Teen Tops. A los 14 años formó, nombró e integró Los Shains. Las tocadas rockeras se convirtieron en la nueva ola, por eso migró a Los Drags. Él quería un sonido más rockero, más under. Poco despúes de dejar de tocar con Los Drags, le roban la guitarra y el amplificador. Ese extravío le hizo sentirse perdido en el mundo.

Él tenía 20 y era año nuevo. El universo se reveló ante sus ojos. Pensó que moriría y caminó hasta su lar para fenecer ahí. Sus puertas de la percepción se habían ampliado y el mundo ya no era el mismo. Después de eso, nunca se es igual.

Se encerró y cogió la guitarra, no paró de tocar. Algo quería florecer. Supo que lo que crearía debía tener el rock que sigue llevando dentro, pero también debía de fusionar tantos otros ritmos que nunca le han sido ajenos. Raúl, su hermano, se unió a la creación. Lo primero que nació fue La Flor y junto con ella, El Polen.

Él solo quería tocar sus canciones, nunca pensó en grabar un disco. "El director Bernardo Batievsky necesitaba música. Mi hermano mayor trabajaba con él, le dijo: 'tengo unos hermanos que hacen música'; quiso escucharnos. Fuimos a su casa a tocar nuestras canciones y dijo: 'esta es la música para la película'. Encajó. Era una fusión mestiza, era chola la música". Es así como musicalizaron Cholo (1972), película sobre el futbolista Hugo Sotil. Grabaron su primer disco. Abrirían el concierto de Santana en Lima, pero el gobierno militar los echó del país y nunca se presentaron.

¿Cómo era en esos tiempos?
En esa época, el rock tenía un público muy pequeño. Para las disqueras lo que más vendía era el folclor, después la música criolla y la nueva ola. El rock era con músicos aficionados, la mayoría lo hacían por amor al arte. Nadie vivía del rock. En la radio tampoco lo pasaban, por ahí pasaban un poquito de los Traffic Sound... Todo era bien conservador. Nosotros seguíamos tocando igual y había un público sensible que le gustaba todo tipo de música. Esta fue la clave para el público del Polen: gente a la que le gusta todo tipo de buena música. Le puede gustar la música clásica, una buena salsa, música cubana, el rock, valses. A mí me encantan los valses, el folclor. Al que les gusta toda la música, le gusta El Polen.

Hijos del sol era la favorita para ganar como mejor canción; sin embargo, pierden porque no quisieron cambiarle la letra. ¿Cómo fue eso?
Era solamente por la parte que dice "hablaban y hablaban y nada hacían por él". No la hicimos por criticar a Velasco porque mal que bien, Velasco hizo que el campesino peruano no fuera tan explotado como era antes, tan ninguneado entonces; a partir de ahí cambiaron las cosas. Para mí, él hizo esa reivindicación que fue lo más importante y la letra no estaba criticando al gobierno, pero todos los organizadores que eran intelectuales jóvenes de esa época nos dijeron: "cámbiale esa frase para que gane". No quisimos y no ganó.

Luego de grabar el segundo disco, te separas y te vas a vivir a Santa Eulalia.
Sí, varias veces nos hemos separado con El Polen. Como vivíamos juntos ya no nos aguantamos. Fue una utopía vivir en comunidad en una misma casa. Ahora viven en comunidad, pero con reglas; antes era más anárquico. Lima ya no me gustaba. Alquilamos una casa muy barata en Santa Eulalia, era la casa del huerto de una hectárea de paltas. En un momento vivimos treinta personas. En esa época, la gente del pueblo alquilaba sus casas, había gente de todo el mundo. Era un point. Los hippies tenían sus lugares y todos caían ahí. Sólo nos dedicábamos a la música. Aprendí y me dediqué a hacer instrumentos también.

¿Cómo aprendiste a ser luthier?
Después de la película nos pagaron y nos fuimos a Cusco. Me mandé a hacer una guitarra de 12 y una de 6 cuerdas. Las de doble cuerda se usaban mucho en el rock de los 70s, tienen un sonido especial. El señor Palomino era buenísima gente. Me paraba al lado de su mesa y veía como las hacía mientas conversábamos; todos los días iba a verlo. Sin pensar que en algún día yo iba hacer instrumentos. Siempre me ha gustado el trabajo manual. Después de unos años, fui a Bolivia tocando con unos amigos y me compré un charango. Apenas regrese a Lima me dije: "Voy a hacerme uno igual". Compré la madera, la corte con una sierra eléctrica donde un carpintero, empecé a tallar y me hice el charango. No quería estudiar otra cosa que no estuviera relacionado con la música y como era tan hippie no pensaba en el futuro económico. Me dediqué a hacer charangos, arpas, réplicas de instrumentos antiguos tallados. Habré hecho como 15 arpas y también violines. Traté de ser más industrioso, tenía un método para hacer varios a la vez. Un italiano que vive acá me compró y quiso que expusiera en Italia mis instrumentos antiguos tallados. Este señor tenía un amigo que organizaba una feria en Milán de artefactos de sonido. Era una feria estable, quería poner un stand chiquito con mis instrumentos, como una gracia de la feria y me fui a Europa.

Una cuestión de vibración

El recorrido comenzó en Italia, luego visitó otros países en donde estuvo durante 2 años y medio, tocando con músicos extranjeros salsa y también un poco de chicha en Suiza. Cuando regresa a Lima se junta con su hermano Raúl y crean Adobe, banda con la música que había compuesto Juan Luis en Europa. Adobe duró poco porque apuestan nuevamente por El Polen.

"Nos fuimos a Punta Negra a una casa, así humildemente como empezamos, sin ninguna pretensión. Nos pusimos ensayar con Raúl, los 2 solos y salieron nuevas canciones. Después llamamos a Juan Sebastián y a otros músicos. Lo armamos de nuevo [...] Para Signos E Instrumentos (1999) estuve más pendiente de los arreglos. Está mucho más elaborado que los discos anteriores, en la variedad de canciones y de ritmos. Es mi disco favorito".

El Polen sin Raúl
Entre 1996 y el 2000 empiezan a tocar dentro y fuera del país. El rostro de Juan Luis evoca alegría al recordar aquellas épocas. Luego Raúl enferma y abandona el canto. "En el 2007, hicimos un concierto en Sargento Pimienta e invitamos a varios cantantes: Susana Baca, Julio Pérez de La Sarita, Rafo Raéz, varios cantaban las canciones del Polen. Raúl estuvo presente y fue como un homenaje para él. Salió muy bien la base musical con los cantantes y me dije: 'bueno, tengo que seguir esto'. Pero no encontraba los músicos adecuados. Ahí empecé a asumir el canto totalmente porque antes sólo cantaba algunas canciones". En el 2010, muere su hermano Raúl.

"Hace 4 años que no tocábamos como ahora. En uno de los últimos conciertos, en el Municipal, tocamos con el Grupo Congreso de Chile. Salió increíble. Este es el mejor concierto que he tocado pero no, el último concierto que hemos hecho ha sido el mejor".

Juan Luis es disciplinado. Me confiesa lo mucho que ha aprendido con los años y de otros músicos. Ensaya mucho con cada instrumentista para que sus conciertos se superen en cada nueva tocada. Nunca pensó en grabar un disco, grabaron tres. Sus conciertos llenan el aforo rápidamente. Los presentes quedan embelesados con la música y la performance en el escenario. Estar en un concierto del Polen, cerca del escenario, es una de las experiencias más gratas que estos talentosos músicos te pueden regalar. Que esa luz no se extinga para seguir haciéndonos vibrar.

Aquí el origen de todo: La flor (1972)


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