Sinopsis:
Dos almas arrogantes condenadas a entenderse. ¿Pueden un duque y una mujer trabajadora del Londres victoriano salvar el abismo que los separa?
Paige Clearington ha cumplido el sueño que tenía desde niña: convertirse en doctora. Sin embargo, recién graduada en la Escuela de Medicina para Mujeres de Londres, tendrá que enfrentarse a un reto inesperado: curar bajo coacción al hijo del duque de Breighton. La difteria y los sentimientos que le inspira el padre de su paciente marcarán unos días llenos de temor, pero también de una insospechada ternura.
Maximilliam Hensworth lleva una vida retirada, rigorista, perfectamente cuadriculada. La repentina enfermedad de su hijo y la necesidad de aceptar que lo trate una joven doctora -la única persona que parece saber cómo salvarlo- pondrán a prueba su paciencia y también sus más profundos principios. La galena es insolente, altanera y terriblemente inadecuada, pero despierta en Max una pasión que creía haber olvidado.
¿Puede nacer el amor en los tiempos más inhóspitos? ¿Lograrán Paige y Max encontrar el modo de vencer todos los obstáculos que los separan?
Una historia llena de dulzura y emoción, ambientada en un Londres que no permitía a sus mujeres -ni tampoco a sus duques- ser libres.
Opinión personal:
XI Premio Vergara a la mejor novela romántica
Los premios son importantes, pero no soy una lectora que salga corriendo a comprar un libro por el mero hecho de haber ganado uno. Pero las que me conocéis ya sabéis que con esta sinopsis y la palabra mágica para mí: duque, no iba a poder resistirme. Los duques son mi perdición, lo admito y me repito.
El duque de Breighton es un hombre rancio, serio, aburrido y, al mismo tiempo, intimidador. Un duque estirado de los que tanto me gustan. Ya casi tengo asumido que, en la romántica, el hecho de ser criado como uno parece dar pie a esa soberbia tan persistente de las clases privilegiadas y tan asociadas a aquellos que ostentaban el poder, más aún se entiende, en aquellos tiempos, en los que contar con un título casi iba asociado a la circunstancia de poder hacer lo que a uno le viene en gana.
Maximilliam es un personaje que —dejando de lado esa faceta con la que tanto disfruto—, me ha gustado mucho. El entorno que le rodea, con un hermano jovial y tan contrario a él en cuanto a humor se refiere y, sobre todo, la apatía y desapego que se intuye por parte de sus progenitores, parecen haber motivado en él un ensalzamiento de esa soberbia de la que hace gala. Con el paso de los capítulos, a medida en que la autora va desvelando ciertos detalles, se destapan las circunstancias que lo han hecho tal como es y, no tan solo se pueden llegar a entender ciertos comportamientos, sino que se ponen en mayor relevancia algunos aspectos de su personalidad y su comportamiento.
Paige es el personaje por excelencia de la novela. Tras leer la nota de la autora, está muy claro que es, de los dos, el personaje que más se ha cuidado porque deja muy patente uno de los principales mensajes que quiere trasmitir con su historia.
La doctora Clearington es una mujer valiente, constante, decidida y, sobre todo, coherente. Sabe que sus decisiones han conllevado a que tenga que sacrificar algunas cosas, quizás por ese motivo, su decisión de luchar por ese sueño que ha visto cumplido, es más de admirar.
Uno de los alegatos finales de la novela me ha encantado y, en sus palabras, se representa la lucha que muchas mujeres antes que nosotras han tenido que lidiar. Quizás es algo que no resulta nuevo —no es un personaje que no haya leído en más de una novela—, pero no por ello me ha gustado menos.
Ambos forman una pareja estupenda. Los dos se muestran bastante decididos y orgullosos, por eso, pese a que es estatus que los diferencia es muy grande y eso provoca que, de primeras, Pagie tenga que perder en muchas ocasiones, sus disputas y sus discusiones me han hecho disfrutar mucho ya que el ingenio de la doctora deja cao en más de una escena al estirado duque.
Y, entre disputa y disputa, la admiración del duque no cesa de crecer, no tan solo porque descubre en Paige cualidades que le muy demasiado atractivas, sino que descubre una mujer que le interesa y le ha hecho despertar sentimientos que ya consideraba dormidos.
Está claro que al contar con elementos que me gustan tanto en la novela romántica y con un argumento tan de mi gusto, la novela contaba con demasiados números como para no gustarme. Pero he tenido una grata sorpresa con la autora, de la que había leído una novela hace demasiado tiempo. Ahora me he encontrado con un estilo muy cuidado, con comportamientos y lenguaje muy escogidos y acordes a la época en la que está emplazada la historia. Tiempo que, como ella misma explica al final, no está tampoco elegido al azar.
Como escenario de fondo, la enfermedad de la difteria, con la clara investigación que se aprecia es otro de los puntos fuertes de la novela, que no tan solo sirve de excusa para que Mariam Orazal ahonde brevemente en los avances médicos de finales del siglo diecinueve, un entorno estupendo para homenajear también a esas primeras mujeres abanderadas. Además aporta el aliciente de la ternura que añade la figura de Matthew, un niño de tan corta edad, ya que la historia no se centra solo en la relación entre el duque de Breighton y la doctora Clearington.
Pocas pegas le puedo poner a una novela que me ha durado suspiro y que he disfrutado tanto. Una muy personal es que me ha costado ver retratado a un niño de cinco años tras un comportamiento tan serio y, a la vez con unas frases tan claras. Es algo que me suele pasar muy a menudo, me cuesta que los personajes de niños me parezcan niños, quizás sea yo la que tenga una idea de su comportamiento y vocabulario muy equivocado. Tampoco entiendo, aparte de esa broma personal, el reiterado uso del color de ojos de Max. Y, por último, un final que se alarga de forma innecesaria con la llegada de un personaje secundario.
«Una cura para el alma» es una novela que me ha gustado muchísimo, había leído ya muy buenos comentarios sobre ella, pero no esperaba que me gustara tanto. Una trama muy acorde a mi gusto personal, con unos personajes que casi parecen elegidos para mi disfrute, emplazado en una de mis épocas favoritas, una buena documentación y con un estilo pulido, cuidado y elegante. Quizás con otro argumento o protagonistas no estaría ahora tan satisfecha. Debería ser más de un 4.5, pero aquí el azar ha querido que encuentre justo el tipo de historias que me gusta leer.
Una lectura que recomiendo ♥.
Datos de interés Ficha de la novela - Ficha de la autora - Web de la autora
Pepa