Tras la pasada campaña vacunal marcada por la gripe A, este año los médicos de familia recuerdan a la población que NO hay que bajar la guardia ante la gripe estacional que, como todos los años, se espera para el otoño. Y es que una de cada diez personas contraerá la infección. "Una vez tenida en cuenta la recomendación de la Organización Mundial de la Salud de incluir el H1N1 pandémico en la vacuna, debemos mantener la dinámica de trabajo de las pasadas campañas vacunales y tras lo sucedido con la gripe A concienciar a la población de la importancia que tiene vacunarse y de que la vacuna pandémica frente al H1N1 del 2010 no reemplaza a la vacuna de la presente campaña 2010-2011", explica el doctor José María Molero, del grupo de Enfermedades Infecciosas de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC).
Según señala el doctor Molero, "la vacuna frente a la gripe está más que recomendada para la población con mayor riesgo, es decir, los pacientes que sufren enfermedades crónicas (pulmonares, cardíacas, renales, etc.), los mayores de 60 años, todas las personas que residan en centros o instituciones cerradas (geriátricos, centros de asistencia a enfermos crónicos, disminuidos psíquicos, prisiones, etc.), las embarazadas y los niños y adolescentes que reciban tratamientos prolongados con acido acetilsalicílico. Este año se incluyen además entre estos grupos las personas con obesidad mórbida. No obstante, las personas sanas que quieran protegerse frente al virus, también se pueden aprovechar de los beneficios de la vacunación". En palabras de este experto, "la efectividad de la vacuna es muy alta pese la creencia de la población de todo lo contrario". Así, mientras que en personas mayores de 65 años se estima que la vacunación previene entre un 70-90% la infección por el virus, en el caso de los adultos por encima de esta edad y los que tienen menos de 65 años pero padecen alguna enfermedad de riesgo, más que prevenir los casos de gripe (50-70% de eficacia), disminuye notablemente las complicaciones y la mortalidad asociada a la gripe, de manera que evita la mitad de las hospitalizaciones a causa del virus y el 80% de la mortalidad por complicaciones asociadas al mismo.
Sin embargo, a pesar de su efectividad, y de que la OMS y la Comisión Europea han solicitado a los países que se aseguren de que el 75% de la población de riesgo, incluyendo a los mayores y a aquellos con enfermedades de base, se vacune, en nuestro país la cobertura de vacunación en mayores de 60 años ronda el 65%, mientras que en adultos de riesgo menores de 60 años no suele sobrepasar el 25%, cuando la recomendación es del 40%. "Además", insiste el doctor Molero, "la cobertura de vacunación antigripal en sanitarios es más baja que en otros colectivos (30%) pese a que podemos transmitirla a nuestros pacientes ya desde el mismo momento de su incubación".
Ante esta situación, el doctor José María Molero, destaca la labor del médico de familia para conseguir unos niveles óptimos de vacunación. "No nos podemos permitir un mayor receso en la cobertura vacunal por lo que es clave insistir desde las consultas de atención primaria tanto en la eficacia de la vacuna, como en su seguridad y tolerancia. Sin duda, de nuestra actitud proactiva, junto a la de otros profesionales sanitarios, dependerá la consecución de una correcta campaña de vacunación".
Falsas creencias
Otro de los aspectos en los que se insiste desde la semFYC es que algunos cuadros víricos frecuentes que se presentan en invierno, como gastroenteritis, faringitis, resfriados o catarros no responden a una gripe, aunque presentan los mismos síntomas pero más leves. "Aparición brusca de fiebre alta, dolor de cabeza intenso, dolores musculares generalizados e importantes, postración y debilidad intensa, dolor de garganta y tos, son los síntomas más comunes de gripe. Y aunque la tos suele ser intensa y en ocasiones duradera, el resto de los síntomas desaparecen progresivamente entre los dos-siete días", recuerda el doctor Molero.
"La gripe es una enfermedad muy contagiosa y una vez que estás enfermo no tiene tratamiento. La única opción es aliviar los síntomas", afirma este experto. Por tanto, también es errónea la creencia de que tomar antibióticos cura la gripe. Estos medicamentos están indicados para las infecciones bacterianas y no víricas como esta enfermedad. El tratamiento con analgésicos (paracetamol), el reposo y la ingesta de líquidos son las medidas más eficaces para aliviar los síntomas de la gripe.
Como añade el doctor Molero, "en la mayoría de los casos no es necesario acudir al médico familia, pues la infección no es grave en pacientes sanos y curará sin necesidad de aplicar ningún tratamiento específico. Ante un resfriado o gripe se debe mantener el reposo en el domicilio hasta sentirse mejor y sólo acudir al médico de familia si a los 4-5 días se mantiene la fiebre elevada (más de 38º) o en cualquier momento si los síntomas empeoran progresivamente: se presenta respiración y/o latido cardiaco rápidos, dificultad para respirar, color de la piel amoratado, dolor intenso en el pecho o abdomen, vómito intenso o persistente, mareo, confusión, desorientación o rechazo de la alimentación en niños".
Medidas preventivas
Por la rapidez de propagación y por el importante número de personas afectadas, que además pueden llegar a presentar complicaciones graves en los enfermos de riesgo, la gripe es considerada como una enfermedad con un importante impacto sanitario.
Por tanto, las medidas preventivas son fundamentales para hacer frente a este proceso patológico, ya que se trata de una enfermedad autolimitada (que se cura sola). En este sentido, existen determinadas medidas elementales de autocuidado e higiene personal como son lavarse las manos frecuentemente, utilizar pañuelos desechables y taparse la nariz y la boca al estornudar, mantener la habitación del enfermo separada de la estancia de los otros miembros de la familia y bien ventilada…pautas todas ellas que contribuyen a evitar la propagación de la enfermedad, fundamentalmente en el ámbito familiar y laboral.
Según señala el doctor Molero, "No hay que olvidar que los principales beneficiarios de la vacuna son los mayores de 60 años y los enfermos crónicos, con el fin de evitar la mortalidad e ingresos hospitalarios a causa de las complicaciones asociadas a la gripe como son la neumonía o el agravamiento de las patologías crónicas. Pero también se debe hacer hincapié en la vacunación de aquellos que pueden transmitir la gripe a personas de riesgo, entre los que se encuentran los profesionales sanitarios, tanto de hospitales como de centros de salud y centros asistenciales, así como los familiares y cuidadores que les atienden en su domicilio para evitar el contagio y prevenir la aparición de brotes".