Revista Deportes

Una de fútbol barcelonés

Publicado el 22 junio 2013 por Torrens

Si Thiago acaba saliendo del Barça por solo 18 millones de Euros alguien del club debería dimitir o ser cesado. En el Barça hay varias tradiciones nefastas y una de ellas es comprar caro y vender barato. Hasta ahora el caso más paradigmático había sido la venta a precio de saldo de Eto a cambio de Ibrahimovich, pagando una fortuna por diferencia de precio y la posterior venta del propio Ibrahimovich a precio de más saldo todavía, pero lo que podría ocurrir con Thiago Alcántara creo que casi puede ponerse a la altura.

¿Cómo puede admitirse que el Barça aceptase un contrato con clausula de revisión variable nada menos que de 18 a 90 millones en función del número de partidos en que Thiago juega de titular, sin incluir en el contrato alguna condición para cubrir imprevistos que impidiesen cumplir dicha clausula, como lesiones por ejemplo?. ¿Qué utilidad tiene tanto asesor legal de postín si después cometen fallos de patio de colegio?.

¿Cómo se entiende que, dada la calidad del jugador, en la Junta o el equipo técnico no hubiese alguien que siguiese el eventual incumplimiento de la susodicha clausula?.

¿Cómo se explica que no se diesen cuenta de la situación hasta que les estalló en las manos, en vez de negociar previamente con el jugador en previsión del incumplimiento de la clausula?.

El Barça siempre ha tenido grandes jugadores pero sus gestores no han estado al nivel de sus cracks de futbol, y aprovecho la ocasión para referirme a otro de los antiguos presidentes: Laporta. En este momento Rosell y Laporta están enfrentados y siguiendo otra nefasta tradición culé la afición está dividida entre los partidarios de uno y otro. Más de un periodista “laportista” al cantar las alabanzas de su favorito ha afirmado que tuvo la valentía de poner a Guardiola de entrenador del primer equipo, que es la decisión que más triunfos ha dado al equipo en toda su historia. Siguiendo otra tradición no ya del Barça sino de todo el país, hay muy pocos, entre los que me cuento, que se acuerden que después de pasarse el verano negociando con varios candidatos, Mourinho entre ellos, cuando Laporta anunció que Guardiola se hacía cargo del primer equipo aclaró que se trataba de una situación provisional y que muy probablemente cuando se volviese a abrir el mercado en Diciembre se daría solución definitiva al puesto de entrenador. Al perder el Barça su primer partido de liga volvió a repetir el comentario, pero como a partir de aquel partido el Barça empezó a arrasar ya no volvió a mencionar el asunto.

Lo que me gustaría para mi equipo es un muy buen gestor, sea quien sea, y Laporta era un desastre con muchísima suerte (recordad que al inicio de su mandato apostó por Beckam, perdió la apuesta porque se lo llevó el Madrid y no le quedo más remedio que contratar a Ronaldinho que resultó mucho mejor que el inglés), parece ser que su suerte  no le acompañó cuando salió del Barça para iniciar su carrera política y se ha estrellado.

Hace poco los directivos del Real Club Deportivo Español montaron un escándalo porque el Ayuntamiento de Barcelona cobró 100.000 Euros por permitir que la estatua de Colón luciese la nueva camiseta del Barça. Incluso en el último partido de la temporada, cuando los blanquiazules le hicieron el pasillo al Barça por ser ya matemáticamente campeón de liga, había muchas pancartas alusivas a Colón y muchos de sus seguidores le dieron la espalda al pasillo y más de uno se bajó los pantalones.

Hace un par de días la Liga de Futbol Profesional ha publicado las cifras de asistencia a los partidos en todos los estadios de España, y a pesar de que se trata de un estadio nuevo y excelente, uno de los mejores del país, el estadio de Cornella-El Prat es el farolillo rojo en asistencia a los partidos en cuanto a la cifra relativa a la capacidad del estadio, que a duras penas llega al 50% de asistencia promedio en el caso del Español, no hay ningún equipo de la liga que porcentualmente atraiga menos asistentes a sus partidos.

Siempre me ha parecido absurdo que los del Español tengan la piel extremadamente fina en cualquier roce con el Barça y se pongan a llorar por agravios comparativos al menos un par de veces por temporada, cuando desde siempre su asistencia y apoyo a su propio equipo en el campo deja muchísimo que desear.

Hace unos años Fernando Lara, el mejor directivo que ha tenido nunca el Español que de haber seguido seguro que habría hecho del Español uno de los grandes, y además histórico, murió en accidente. La asistencia al partido de homenaje a Fernando Lara no llegó a 3.000 espectadores y me ahorro mi opinión porque no quiero ofender a nadie.

Como que en USA me aficioné al Futbol Americano, cuando los Dragons jugaron la World League en Barcelona creo recordar que en 8 temporadas, yo me aboné en todas ellas. Las primeras temporadas jugaron en el Estadio de Montjuich, donde también lo hacía el Español. Cuando estaba por iniciarse la 5ª temporada, y después que en la temporada anterior los Dragons habían ganado la liga, el Ayuntamiento de Barcelona les advirtió que no podían continuar en Montjuich porque el Español se negaba a compartir el estadio con ellos, y la razón dada por el municipio fue que la asistencia a partidos de los Dragons estaba muy por encima de la que acudía a los partidos del Español y no querían comparaciones odiosas. Para arreglar las cosas y tapar una estupidez con otra la junta directiva del Español se quejó de que el Ayuntamiento hubiese destapado las razones por las que querían a los Dragons fuera de Montjuich. Afortunadamente la reacción de Dragons y Barça fue rápida y en pocas semanas estaban jugando en el Miniestadi. En mi opinión  los pericos tienen lo que se merecen y lo que tendrían que hacer es quitarse las gafas de ver agravios y enemigos por todas partes y ponerse en serio a apoyar a su equipo, sin importarles donde compra Colón sus camisetas.

Por cierto, aunque no sea futbol barcelonés, la Roja goleó a placer a Tahiti, pero los polinesios dieron otro tipo de lección de buen futbol, ni una entrada violenta o fea y todo y el resultado no pusieron el autobús delante de la portería y no engañaron al respetable practicando el antifutbol. Lástima que el rey del futbol rácano y el juego sucio, Mourinho, no vio el partido, aunque en cualquier caso tampoco habría aprendido nada porque de las trampas dentro y fuera del campo que usa para ganar ya se las sabe todas y Tahiti no usó ni una.


 


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