Revista Cultura y Ocio
Todo en la vida depende del ojo con el que se mire, y si ese ojo es el del gran Stanley Kubrick, y a éste le sumas una cámara fotográfica entonces entendemos por qué sólo tenía diecisiete años cuando se presentó en la redacción de la revista Look con un puñado de fotografías y cautivó de tal manera a los directivos que lo contrataron al instante como reportero gráfico. Y también comprendemos por qué sesenta años después de ser tomadas , salen al mercado algunas de las copias y al verlas nos da la impresión de que aquel hombre finalmente tenía razón cuando dijo aquello de que todo lo que puede ser pensado o escrito puede ser inmortalizado. Con una temática que abarca desde gente normal transitando por las calles de New York a fotos de boxeo o cabaret, el gran Kubrick vuelve a estar en la boca de todos los amantes del arte en general. Los grandes genios son como los buenos de las películas; nunca mueren.
Lidia Fernández