Aunque os parezca mentira fue la flamante ganadora de un concurso low cost que en 1948 se organizó en el MOMA con el objetivo de buscar mobiliario económico, funcional y atractivo y en 1949 nuestra silla obtuvo el segundo premio.
Los materiales del primer diseño no convencían a su autor por lo que se fue al taller de John Wills con su maqueta y éste por 25$ creó para él un armazón de fibra de vidrio, el cual se sigue comercializando en nuestros días con las mismas dimensiones y diseño que el original. Un año después llegaría la Eames Fiberglass Shell Chair.
Fue la firma Herman Miller la que introdujo más recientemente su fabricación en propileno, un material 100% reciclable y con más durabilidad.Es una paradoja que una silla que casi gana un concurso de diseño low cost ande rondando los 400-500€....y que lo que hoy en día sí es barato sean copias, me pregunto qué pensarían los Eames hoy en día...
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