Revista Humor
Nuevos experimentos con primates (que digo yo que los podían dejar tranquilos y experimentar con su suegra) del matrimonio yanki Deborah y Roger S. Fouts, han dedicado toda su vida a enseñar a hablar a un chimpancé y después de tan improbos esfuerzos Washoe, que así se llama el pobre, aprendió a decir: mamá, papá, taza y arriba.Digo yo que toda una vida de esfuerzos para eso es patético, mejor se hubieran comprado un loro, le habrían podido enseñar a decir: Curro, lorito real, ¡hala mandril!, y a silbar el silbido que utilizamos cuando vemos una chica guapa. ¿Todo esto para qué? ¿Para humanizar a los simios? Mejor sería simializar a los humanos, seguro que si se hiciera realidad “el planeta de los simios” ellos no nos tratarían tan mal ni a nosotros, ni al resto de los animales, no soy capaz de ver un mono torero o un mono matando ballenas, en el grado sumo de maldad, solo serían capaces de ser ministro del interior.