Revista En Femenino

Una de regalos…

Por Almapau @princesas_os

Han pasado las navidades, días maravillosos de disfrutar a tiempo completo con los peques de la casa, de emocionarnos y reír.
De juegos y momentos compartidos.
Y de la ilusión y la emoción de la llegada de regalos, Papá Noel y los Reyes Magos vienen cargados.
No, no es necesario el consumismo, nuestro presupuesto no es muy grande, de hecho me suelo reír con la típica noticia navideña, este año cada familia gastará una media de 309 euros por miembro en regalos…
Vamos a ver, en casa somos cinco…
No, definitivamente alguien se esta quedando con nuestros regalos!
Con un presupuesto mas moderado también se puede llenar el árbol de regalos, y a eso voy.

Por qué llenarlo?
Porque es navidad, porque sólo dos veces al año unas figuras mágicas visitan nuestro hogar, y sólo lo vivirán y disfrutarán conscientemente con esa ilusión 6 o 7 años.
En los regalos se puede poner cualquier cosa, basta que este bien envuelta, con cariño… Una bufanda, lápices de colorear, bombones, caramelos, regalitos que abrir y disfrutar.
En nuestra casa en Reyes los regalos “los dejan” debajo del árbol, Princeso empezó a abrir sus regalos ”pequeños” lápices, una libreta, una colonia… Sólo chucherías, pero envueltas con cariño.

Como estaban ordenados por tamaño, sus regalos que eran grandes, y los que había pedido con emoción, quedaron detrás de todos los del resto de la familia, y asistió con júbilo y la misma ilusión a la apertura de los demás, de hecho, como este año sabe leer algunas letras el nos los entregaba, sin comparar al resto con la ausencia de los suyos, no era consciente de que faltaban sus regalos estrellas, se puede llenar un árbol sin educar en el consumismo.

Porque el regalo que queremos inculcarles es el de disfrutar en familia, el de compartir momentos y experiencias.
Asistió feliz a la apertura de los regalos importantes del resto, sin un mal gesto, con la inocencia y la alegría que le caracterizan.
Sus ojos aun brillan con los regalos que había pedido a los reyes. Los abrió, los últimos, sin despreciar los menos importantes.
Y es cuando entre el tumulto de papel de regalo y cajas, te das cuenta de que tenemos un regalo diario, el de tenerlos cerca y poder aprender de ellos.
De su humildad, de su inocencia, de la belleza de las pequeñas cosas que hacen grande el día y día y la vida.
Sin embargo esa orgía de regalos que defiendo y fomento en navidad, me pone enferma en los cumpleaños, lo se, soy rara, friky… Llamadme lo que queráis, pero me gustaría que mis hijos disfrutaran de sus cumpleaños compartiendo con sus amiguitos, con sus compañeros y con quienes les quieren una fiesta, la de los años vividos, hasta ahora lo había conseguido, y si, hablo en pasado, asistir a una treintena de cumpleaños al año, en los que se fomenta la imagen de niño rey, y donde se hace escaparate de regalos, no ayuda.

Y yo asisto ojiplática a cumpleaños donde al niño se le canoniza sentado en un trono(Donde estoy casi segura que no disfruta del exceso de atención con dos, tres o cuatro años) y se pasa ante sus ojos una orgiástica colección de regalos, demasiados, excesivos…
Donde se convierte la inocente fiesta donde pasar un rato maravilloso en una reunión en la que amasar fortunas jugueteras.
Con la edad empeora, he asistido a cumpleaños donde el festejado en cuestión, saludaba a los invitados con un : Qué me has traído? O comparaba la calidad de los amigos asistentes en función de las cualidades y valor del regalo… En voz alta.

Princeso y Princesa cumplen años con diez días de diferencia, así que hasta ahora ha sido fácil compenetrarlos y montarles la fiesta en casa, dos años seguidos, hemos conseguido aún teniendo una treintena de infantes invitados que apenas hubiese regalos, o al menos lo hemos intentado, porque el mejor regalo es sentirse querido y arropado, esta decisión(escrita en la invitación además) nos ha valido la etiqueta de raritos… Que le vamos a hacer!
Pero este año creo que ya no nos libramos, ni del parque de bolas, ni del trono, ni de la sucesión de regalos, porque Princeso ya ha dicho en voz alta que el quiere celebrar su cumpleaños así.
Así que toca respetar su decisión aunque intentaremos moderar el evento.

Dónde quedaron aquellos cumpleaños de nuestra infancias, si la fecha acompañaba, al aire libre, con una botella grande de cocacola, unas patatillas y un bizcocho caseros, con algún regalo especial, familiar normalmente y un montón de juegos.
Porque los regalos eran cosa de la familia, y si acaso los amiguitos nos obsequiaban con preciosas tarjetas o cartas hechas con sus propias manos, y algún regalito o detalle, siempre acorde al presupuesto o la paga del niño.

He asistido a algunos cumpleaños donde además me parece humillante para los pequeños el reparto público, donde se hace visible las diferencias presupuestarias de unos y otros niños, al menos entre las miradas reprobatorias de ciertas madres…
Y es que y hablo por mi, la carga que supone una treintena de cumpleaños al año no es fácil de llevar, si añadimos que cuando estén todos en el cole se multiplicarán casi por tres…
O se recorta el presupuesto o es imposible asistir a todos.
Y he aquí otro motivo por el que me gustan los cumpleaños sin regalos. El año pasado en la invitación pusimos literalmente,

Os agradecemos NO traer regalo
vuestra compañía es nuestro mejor obsequio

Y hubo incluso algún enfadado. Con esto además de ampararnos en razones de crianza(Que siempre queda bien y la mayoría respetan, evitamos que aquellas familias que no asisten a los cumples por motivos económicos, no se vean en la obligación de alegar compromisos.
Porque una invitación a un cumpleaños se ha convertido en obligación el llevar regalo.
Terminarán siendo como las bodas, con número de cuenta
Con el comienzo del cole además, comienza la vorágine, porque siendo tan pequeños, invitamos a toda la clase, y afortunadamente hemos dado con una clase en la que la mayoría de los padres hacen igual, y es que somos conscientes de que son muy pequeños aún, y es momento de compartir con todos, sin diferenciar ni excluir a nadie.
Me sorprende cuando escucho a algunas madres hablar de que sus hijos con 3 ó 4 años ya tienen un círculo de amistades diferenciado y exclusivo, será que mi hijo aun no ha llegado a ese grado de madurez, y cada día tiene un par o tres de mejores amigos, e interactúa con todos, además desde el centro da la sensación de que fomentan esas macro-relaciones entre ellos, con lo cual terminamos hasta los padres conociéndonos y conociendo a los veintitantos compañeros de tus hijos y la verdad es que se agradece mucho la familiaridad. La confianza que se va creando.

Así que en breve tendré que hacer peregrinación para descubrir dónde quiere mi Princeso celebrar su fiesta de cumpleaños e intentaré inculcarle que lo de menos serán los regalos, que lo importante y lo único que le durará, serán los lazos de amistad y los buenos ratos que compartirá.
Lo se, NO me hago ilusiones, se que es tarea ardua, pero por intentarlo que no quede!

Una de regalos…


Una de regalos…
Una de regalos…

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