La frase ideal para explicar de qué va esta película sería la de esto me suena. Y es que nos preguntamos si era necesario contar una historia de estas características, narrada de mil maneras distintas, como hemos podido comprobar en multitud de largometrajes.
Tom y Anna forman una pareja, que ha gastado todos sus ahorros en arreglar una casa y en tratamientos de fertilidad, pues tienen dificultades para tener hijos. Todo cambia cuando encuentran en la cocina de un inquilino del piso que tenían alquilado una fuerte suma de dinero. El problema es que esa bolsa, cargada de billetes, pertenece a un mafioso de la ciudad de Chicago.
La película sido dirigida por Henrik Ruben Genz, autor de Terribly Happy, que adapta la novela de Markus Sakey. Esta producción llega a la cartelera con un año de retraso, un dato a tener en cuenta, dado el escaso nivel de la cinta y no se entiende que se haya estrenado en España. Una decisión peligrosa puede parecerle entretenida a un espectador poco experimentado, pero si rascas mínimamente, el guión hace aguas porque estos argumentos nos lo sabemos de memoria, a pesar de contar con un reparto, más o menos interesante encabezado por James Franco, cuya interpretación deja mucho que desear, al que acompañan Kate Hudson, Tom Wilkinson y Omar Sy, protagonista de la notable Intocable. De propina, la película nos parece excesivamente violenta con alguna que otra escena no apta para espectadores sensibles.
El elemento que más sorprende de esta cinta es la defensa continua, a su modo, de la familia y la importancia de cuidar a la pareja para que no se pierda el interés por el otro. Por otra parte, los protagonistas hablan continuamente de la imposibilidad de tener hijos por métodos naturales, planteando la posibilidad del uso de técnicas de reproducción asistida, lo que indudablemente invita a pensar el grado de ética de estas prácticas porque no todas ellas presentan o plantean el mismo tipo de conflictos, ya que, como todos nuestros lectores saben, algunas de ella atentan contra la vida de un ser indefenso, aunque esta reflexión no pasa por la mente de sus protagonistas, que de haberse hecho, les hubiese servido al menos para ganarse el aprobado. A esta pareja lo único que le pasa por la cabeza es que tienen que reproducirse si o si… (publicado en Pantalla 90).