¡Señoras y señores, Diciembre llegó! Quien habla de este mes, necesariamente evoca la navidad, celebración que produce una plétora de opiniones y sensaciones. Para algunos, la navidad es la fiesta más importante del año y la recuperación de costumbres sanas que en nuestra generación se han ido perdiendo mientras que para otros este evento es simplemente la demostración máxima de la hipocresía y la putrefacción del sistema de valores de nuestra moderna sociedad. Al fin y al cabo, ¿No es navidad otra fecha comercial más? ¿No es una realidad que mientras muchos recibirán exquisitos regalos y participarán en comilonas, millones morirán de hambre, frío y desamparo?
Quiero comenzar diciendo que ese tal sentido original de la Navidad no existe. La realidad es que ni entre quienes la fundaron ni quienes la celebran hay un sentido único ni una misma dirección. La verdad es que cada quien cuando celebra Navidad, lo hace muy a su modo y por sus propios motivos. De nosotros dependerá entonces qué sentido le queramos dar a esta fecha tan linda. Puede que muchos vean como un problema la gran libertad y que no haya definición única del sentido navideño, pero yo lo veo más bien como uno de los encantos de esta fecha. ¡Qué aburrimiento sería si todos viéramos Navidad exactamente igual y celebráramos del mismo modo!
Sí, es una realidad innegable que el mundo es desigual (“Navidades de hambre y dolor”, cantaría Ska-P haciendo alusión a esto) y también es cierto que el comercio aprovecha tanto la navidad como cualquier otra fecha festiva para comercializa. Esto no es un desvío de su significado original ni mucho menos: es condición humana hacer dinero de todo lo que se pueda y a esto nada se salva. Navidad tampoco tristemente. Sin embargo, estra fecha puede convertirse precisamente en una excelente ocasión para que volvamos nuestra mirada a los más infortunados para ayudarlos de verdad y no para hacer gala de una falsa preocupación por el otro, lo que sucede muchas veces.
Yo defiendo Navidad porque considero que todos tenemos derechos a ser felices. Navidad no es solo lo material: Navidad es la ilusión de familias que se reencuentran luego de meses de no verse, navidad es la alegría de los amigos al comer juntos platos típicos de esta época, navidad es volver a ilusionarse como cuando éramos niños. Es un espectáculo maravilloso cuando incluso perfectos desconocidos al dejarse invadir por el espíritu navideño llevan a cabo actos de bondad por otros que sorprenden gratamente.
Puede que en este punto el amable lector me tilde de ingenua, o de ser una chiquilla a la que aún le falta más experiencia en el mundo, que todavía ve la vida color de rosa por no haber sufrido realmente aún, pero que cuando ya madure cambiará de parecer. Y no lo culpo. Sé que mi visión de la Navidad peca de cursi y que es muy posible que como yo perciba las cosas pertenezca a una pequeña minoría. Pero aún así, no dejaré de creer que queda algo de bondad en este mundo.
Estoy segura de que no solo a mí me produce una paz enorme ver la decoración navideña. Yo soy una privilegiada porque Navidad para mí es sinónimo de dulces recuerdos y sé que no soy yo la única a la que eso le pasa. El disfrutar con las decoraciones, la comida, la gente es para mí señales de ganas de vivir. ¿Qué seríamos de nosotros como humanidad si jamás pudiéramos disfrutar de absolutamente nada en la vida? ¿Qué tal que nada nos provocara placer?
Para mí, el espíritu de la navidad reside en el trato bondadoso al otro y en la alegría. En este sentido, si bien no es posible mantener las decoraciones y los cánticos navideños todo el año, esa alegría propia de estas fiestas y el trato bondadoso sí que se podría mantener.
De todo corazón, le deseo muy feliz navidad a quien haya leído estas palabras.