Vivía una vida normal, con alguna alergia, eso era todo. Trabajaba en una empresa de valores, por la noche tocaba en un grupo de rock, casi todos los días iba al gimnasio. Le encantaba pasear por su Barcelona. Se casó enamorada de David. Era una mujer libre, feliz.
Un día se sintió mal, su cuerpo se rebelaba contra sus sentidos. Empeoró y tuvo que dejar el trabajo, recorrer diversos médicos, escuchar como se la quitaban de en medio diciendo que era una cuestión psicológica. Hasta que la diagnosticaron Sensibilidad Química Multiple. Y su vida se rompió.
Desde entonces, sola en su habitación, arrestada, condenada a sobrevivir, Eva, saca fuerzas que no tiene para luchar contra esa maldita enfermedad, esa invisible enfermedad. Y lo hace por ella misma, porque quiere salir del pozo, pero también y sobre todo por todos los afectados por la SQM.
Hoy, dedica su escasa energía a dar visibilidad a la enfermedad y consejos para poder sobrellevarla. Empezó con su blog: Nofun. Después, llegó un libro –emocionante, apasionante y digno de una luchadora como ella— titulado: Desaparecida. Y comenzó a escribir en la revista Delirio, su primer artículo fue traducido a varios idiomas, con gran éxito. Hoy Eva singulariza una aspiración justa y necesaria. El reconocimiento de esa enfermedad que todavía no lo es en España.
Intereses de las multinacionales químicas que actúan como un lobby muy poderoso, impiden que se descubra el peligro de la toxicidad de los productos químicos. Esos productos que usamos a diario, esos que consumimos en exceso. Esos son los productos que hacen daño a todos, y que han encerrado en vida a Eva. Una habitación, con muebles de metal pintado con pintura especial que no emite vapores tóxicos, es todo su mundo. Afortunadamente, a pesar de un cierto rechazo, puede utilizar el ordenador, que la evita el total aislamiento.
Su marido David, que demuestra con su dedicación constante, el cariño que tiene a Eva, es su único nexo con el mundo exterior. Sólo sale en caso de emergencias y lo tiene que hacer con una máscara de carbono y poniendo en peligro su salud mermada.
Gracias a su tesón hoy se va sabiendo más de la enfermedad. Gente comprometida con la vida, gente que ha escuchado y sabido de Eva, como algunos médicos, escritores, locutores, están haciendo posible que la SQM sea más conocida. Una reunión con el Ministerio de Sanidad ha abierto una vía de posible reconocimiento de la enfermedad, lo que le daría carácter oficial y permitiría que los afectados contaran con la ayuda que hoy no tienen.
También la ayuda económica, la de los alimentos especiales, la de los muebles especiales, la de la ropa especial, la de la adecuación de la casa como insonorización o aislamiento del resto, del exterior. La enfermedad, gracias a la puerta que abrió desde el programa de Carne Cruda en RNE3, su conductor, Javier Gallego –quien consiguió también la reunión con Sanidad--, ha empezado a tener cierta repercusión en varios medios de comunicación.
Sin embargo, todavía, además de los sinsabores de la enfermedad que hace de los afectados,presidiarios en celdas de aislamiento, estos tienen que soportar a médicos que les dice que es un problema mental, a tribunales a los que les cuesta reconocerles la baja laboral a pesar de su situación, a una sociedad deshumanizada y egoísta, a una administración incapaz de socorrer sus necesidades y reconocer su situación.
Hoy se celebra el día del SQM. Hoy Eva quiero que sepas que somos muchos los que estamos con vosotros, los que estamos contigo. Y que no perdemos la esperanza de que un día cercano podamos darte un abrazo.
Si podéis escuchar este audio de Radio Nacional de España, podréis comprender mejor lo que he tratado de explicaros. Es del programa En días como hoy de anteayer. ¡Vale la pena!
Salud y República